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Analistas 12/10/2022

Ocampo - Polo a tierra

Santiago Castro Gómez
Expresidente de Asobancaria

Entre las caras del nuevo Gobierno, algunas se han destacado por generar alarma por sus declaraciones, desconfianza por sus agendas, o preocupación por su falta de preparación o conocimiento de los temas de su cartera. Ejemplos de lo primero son la ministra de Minas y Energía, Irene Vélez, y la ministra de Salud, Carolina Corcho, que manejan dos sectores críticos para el desarrollo y bienestar del país. Ejemplo de lo segundo son las ministras de Trabajo, Gloria Inés Ramírez, y de Ambiente, Susana Muhamad, quienes todavía no han llevado legislación al Congreso, pero por su activismo de izquierda en el pasado, se genera mucha expectativa sobre el desarrollo de sus carteras. Y por otro lado tenemos la figura serena y experimentada de José Antonio Ocampo, el ministro de Hacienda y Crédito Público, con un largo y exitoso recorrido por la academia, el estado, centros de pensamiento, y multilaterales.

Conocí a José Antonio Ocampo, entonces también Minhacienda, desde mi primer periodo en la Cámara de Representantes de 1994 a 1998. Era oposición al gobierno de Ernesto Samper, pero Ocampo tenía la calma y la paciencia para escuchar, y la capacidad de llegar a acuerdos, incluso con quienes, como yo, actuábamos de manera bastante estridente contra el Gobierno. Nos seguimos viendo ocasionalmente, y cuando llegué a la presidencia de Asobancaria, conté con él para muchas investigaciones y publicaciones sobre la historia del sistema financiero. Siempre tuve claro que su posición ideológica estaba más a la izquierda de la mayoría de los economistas macro del país. Pero eso es lo que lo hace refrescante porque se sale con facilidad, pero con convicción y argumentos, de la heterodoxia tradicional.

Ahora bien, en su puesto actual está en el ojo del huracán con la Reforma Tributaria, que muchos economistas creemos que afecta seriamente la competitividad y crecimiento del país. Pero no podemos olvidar que fue Ocampo el que bajó las metas de la misma, desde $50 billones de recaudo a $25 billones. Tengo por cierto también que antes de presentarse la ponencia actual, hubo un semiacuerdo alrededor de $18 billones, que fue rechazado por Petro por lo que subió de nuevo a los $22 billones que se están discutiendo. Igual creo que el Ministro puede volver a los $15-$18 billones para el debate en las plenarias. No estaremos de acuerdo, pero tampoco podemos desconocerle el esfuerzo.

Pero quizás el aporte más importante del ministro Ocampo será hacerle entender al Presidente que no se puede desistir de la exploración y explotación de hidrocarburos. Esto quedó claro con su contundente frase “esa decisión no ha sido tomada” frente a unas declaraciones en ese sentido de la Viceministra de Energía. Si lo logra la saca del estadio y evita la mayor crisis económica que podríamos enfrentar. No es que explicar y moderar los trinos que salen de la Casa de Nariño no sea importante, pero sí salva nuestra mayor fuente de divisas y logra la tributaria menos nociva posible, asegura su lugar en la historia. Por esta razón, se ha convertido, ni más ni menos, en el polo a tierra de la actual administración.

P.D. El acuerdo entre el gobierno y el gremio de los ganaderos Fedegan es un avance positivo desde el punto de vista de facilitar la agenda de compra de tierras. El reto para el estado es cómo se financia esa operación si llega a ser de 3 millones de hectáreas, y cómo se le distribuye a familias o grupos poblacionales capacitados para mantenerlas productivas, además de las facilidades de crédito, los insumos y los canales de comercialización, para evitar un descalabro al cabo de unos años.

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