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Analistas 09/09/2021

La Misión de Internacionalización

Sebastián Trujillo
Exnegociador de la Ocde

Cuenta La Odisea que, en su camino de vuelta a Ítaca, tras la guerra de Troya, y en el momento en que iban a pasar por la isla de las sirenas, Ulises tapó con cera, los oídos de sus marineros y les pidió que lo ataran al mástil del barco, pues las sirenas con sus cantos irresistibles y envenenados, harían que acabasen estrellando y hundiendo, impidiendo así su regreso a casa. De manera similar, los cantos de sirena populistas del proteccionismo y la xenofobia podrían conducir a Colombia la imposibilidad de un futuro próspero basado en una sociedad abierta.

Así como la cera en los oídos, y el ataje de manos al mástil, la Misión de Internacionalización, cuyo informe se entregó hace un par de semanas al Gobierno Nacional, le da a la sociedad colombiana, y por supuesto a las autoridades, un rumbo claro, para no dejarse desviar por la seducción de los proliferantes cantos nacionalistas -incluyo en este grupo al proteccionismo y la xenofobia.

La misión, en mi concepto, tiene dos propósitos fundamentales: en primer lugar, buscar consensos, o acuerdos mínimos, sobre los beneficios de tener una sociedad abierta y conectada con el mundo y, en segundo lugar, trazar un plan estratégico concreto sobre cómo llegar a serlo; esto último, reconociendo los avances logrados hasta ahora.

En primer lugar, el debate que puede generar el informe de la Misión es casi tan importante como las recomendaciones de la misma. No me parece trivial, seguir buscando consensos alrededor de la importancia de tener una economía abierta, o una fuerza laboral enriquecida con talento extranjero, en un país al que aún le cuesta abrir los brazos a aquello que provenga de otras latitudes; ya sea personas, bienes o capital.

Dado lo anterior, el informe de la Misión debe hacer fuerte presencia en el debate publico colombiano. De hecho, el informe en mención, debería entrar en el debate electoral, pues es un tema tan importante que no se le debe dejar únicamente a los economistas.

En segundo lugar, está el plan estratégico sobre internacionalización, que contiene el informe de la Misión; algo así como una hoja de ruta con unas recomendaciones estratégicas claras, elementos tácticos y un propósito definido: elevar el ingreso por habitante de los colombianos, por medio de una mayor conexión con el mundo.

Dentro de este plan estratégico, la Misión hace recomendaciones específicas sobre formas de atraer talento global para potenciar la fuerza laboral. También, hace un llamado al sector privado a ser más ambicioso elaborando planes de internacionalización y, también hace énfasis en la importancia de la adopción de tecnología más que en la creación de ésta.

Sobre este último punto, un empresario me contaba que históricamente ha sido muy difícil obtener una visa de trabajo para los técnicos que vienen a instalar maquinaria importada; es decir, justamente para que venga a traer conocimiento y adaptar tecnología.

Por lo anterior, se hace relevante el anuncio, la semana pasada, de la Cancillería colombiana, estableciendo visas de residente para personas calificadas, que son necesitadas por los empresarios colombianos. Esta es una señal de que las recomendaciones de la Misión comienzan a implementarse y de la prioridad que el Gobierno le está dando al tema.

En hora buena al Gobierno por la Misión, cuyo debate y narrativa serán fundamentales para transformar la mentalidad de los colombianos frente a todo aquello que provenga de otras latitudes.

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