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Según el Dane, las importaciones colombianas sumaron US$46.076 millones (en valores CIF) al cierre de 2017, equivalente a un leve aumento del 2,3% anual con respecto a 2016 (ver gráfico adjunto). Así, las compras externas se expandieron de forma moderada, luego de que en 2016 estas se hubieran contraído un -17% anual. Ello, sumado al repunte exportador del +15% anual (ver Comentario Económico del Día 12 de marzo de 2018), permitió avanzar más rápidamente en el ajuste en las cuentas externas del país, con correcciones de 2 puntos del PIB en el déficit comercial, al pasar de -US$11.093 millones en 2016 (-4% del PIB) a -US$6.177 millones en 2017 (-2% del PIB).
No obstante, las importaciones crecieron menos de lo proyectado inicialmente en 2017. En efecto, pese a la apreciación cambiaria del 3% promedio año (vs. unas expectativas de devaluación del 3% a inicios del año), las importaciones no lograron la proyección de expansión del 6% anual, tras dos años consecutivos contrayéndose. Aquí jugó en contra la pobre expansión del PIB-real de sólo el 1,8%, donde la inversión (creciendo apenas al 0,1% real en 2017 vs. -3,3% en 2016) y el consumo privado (creciendo solo al 1,7% real en 2017 vs. 1,5% en 2016) no ayudaron con una mayor demanda de insumos y bienes importados.
El leve incremento en las importaciones estuvo encabezado por las mayores compras de bienes de capital, que crecieron un 4,6% anual hasta los US$14.163 millones (30,7% del total) en 2017. Allí se dieron expansiones en todos sus componentes: bienes de capital para la industria (4% anual; 19,2% del total de importaciones); equipo de transporte (5% anual; 8% del total); materiales de construcción (5,9% anual; 3,2% del total); y bienes de capital para la agricultura (20% anual; 0,4% del total).
Igualmente, las importaciones de materias primas (45,4% del total) tuvieron un incremento del 2,9%, alcanzando los US$20.936 millones en 2017. Al interior de este rubro, se evidenciaron las siguientes variaciones: i) mayores compras externas de materias primas para la industria (+4,1% anual; 33,3% del total); ii) reducciones en las importaciones de combustibles y lubricantes (-2,8% anual; 8,1% del total), como consecuencia de la reapertura de Reficar; y iii) aumentos en las importaciones de materias primas para la agricultura (+5,5% anual; 4% del total).
Las importaciones de bienes de consumo bordearon los US$10.977 millones (23,8% del total) en 2017, contrayéndose marginalmente en un -0,2% anual frente a 2016, en línea con el débil registro de crecimiento del consumo de los hogares, ya comentado. Dicha reducción se debió principal- mente a la disminución de las compras en el exterior de bienes de consumo duradero (-1,4% anual; 10,7% del total), donde el rubro de vehículos registró una caída del -6,7%. Ello no alcanzó a ser contrarrestado por el incremento de las importaciones de bienes de consumo no duradero (0,8% anual; 13,1% del total).
Ahora bien, los datos más recientes, publicados por el Dane, señalan que las importaciones en los últimos 12 meses a febrero de 2018 sumaron US$46.445 millones (CIF), expandiéndose todavía a tasas “moderadas” del 3%. Dicho desempeño de las importaciones se encuentra en línea con el pobre rebote en crecimiento que la economía estaría teniendo a lo largo de 2018 (2,3% anual proyectado por Anif).
Para 2018 (como un todo), Anif proyecta una expansión de las importaciones totales del 4.3% anual, con lo cual estas se ubicarían alrededor de los US$48.060 millones. Dicho crecimiento sería jalonado por incrementos en las importaciones de bienes de capital (7,5% anual) y bienes intermedios (4% anual) y expansiones cuasi-nulas en las compras externas de bienes de consumo (0,7% anual).
Estas proyecciones se fundamentan principalmente en: i) la recuperación de la inversión en el país (4,6% real proyectado en 2018), lo cual promovería la importación de bienes de capital para la industria; ii) la apreciación cambiaria promedio proyectada en el 3% para 2018, que abarataría las compras externas; y iii) el rebote de la industria (1,3% proyectado en 2018 vs. -1% en 2017), que estaría demandando más insumos y bienes intermedios.
No obstante, la lenta recuperación del crecimiento económico, hacia el 2,3% real en 2018 y al 3% en 2019 será un moderador de la expansión de las importaciones, afectando la velocidad de modernización del aparato productivo local. Este débil ritmo de repunte será consecuencia de una expansión todavía lenta del consumo de los hogares (+2,6% real en 2018 vs. 3,4% del promedio histórico de los últimos 10 años) ante un elevado desempleo urbano (10,6% promedio en 2017) y un alto grado de apalancamiento privado, que debería empezar a aliviarse ante la reducción, entre 2016 y 2018, de 350 pbs en las tasas de interés por parte del Banco de la República.