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Analistas 18/12/2023

Educación comprehensiva

Sergio Clavijo
Prof. de la Universidad de los Andes

Este es el título que le he dado al libro de mis memorias, el cual acaba de salir a circulación bajo el sello editorial de Tirant Lo Blanch, a quien agradezco su profesionalismo; ver https://editorial.trant.com /co libro/educacion-compre hesiva-memorias-vine-vi-y-chao-sergio-clavijo-978841 1832724 ?busqueda=compreh ensiva&

Educación Comprehensiva Sergio Clavijo
Sergio Clavijo

Estas provienen de recordar cómo mi carrera de economista terminó mezclando los intereses académicos con el mundo práctico de las políticas públicas. En particular, me sirvió de pivote la introducción al libro que escribimos con Nelson Vera sobre “Banca Central …” (Editorial Tirant Lo Blanch); allí se inició esta aventura de “recordar es vivir”.

El hilo conductor tiene que ver con la importancia de la educación de manera comprehensiva (con “h”), mezclando la educación formal con la experiencial; es decir, educación que abarca amplio espectro del conocimiento. El mensaje general es que no basta con ser bueno en el área escogida a nivel personal, sino que precisamente trascender al interior de nuestras propias vidas requiere una visión más integral y multidisciplinaria.

Arranco presentando el contexto de haber crecido en familia de clase media, en la Bogotá de los años 60, con un objetivo familiar claro y la creación de hábitos conducentes a dotarnos (a un total de diez hijos) de bases educativas para llegar a ser “buenos ciudadanos”.

A varios amigos que compartí borradores de ese periodo de infancia y juventud “les sonó” positivamente este como el eje bajo el cual crecía la clase media en la Bogotá del momento. Otros lectores más jóvenes me pidieron que ahondara sobre las limitaciones que se tenían en temas de comunicaciones en los años setenta.

Allí extraigo algunas lecciones de vida sobre esos 45 años de trajinar profesional, las cuales he tratado de presentar con una arista que pudiera resultar atractiva para las nuevas generaciones. Sé bien que lo vivido por nosotros los baby-boomers es diferente a lo que experimentan las nuevas generaciones, pero guardo la esperanza de que el trazado de objetivos de vida y la persistencia requerida para llevarlos a cabo seguirán teniendo muchos factores en común.

El otro elemento común en esta trayectoria de vida ha sido “el factor suerte” en materia de oportunidades. En su aprovechamiento se combinan elementos de desarrollo cognitivo (el IQ) y de sensibilidad social o de “inteligencia emocional”. En efecto, aun los más adinerados enfrentan retos de vida que exigen superar frustraciones personales o profesionales; y, en este sentido, dicen los expertos que la vida, en sí misma, tiene importantes elementos democráticos, pues todos debemos hacer esos esfuerzos diarios de superación y aguante frente a adversidades.

También refiero las experiencias de un profesional maduro transitando por los momentos difíciles de la Colombia del periodo 1990-2005, bajo amenaza guerrillera, de narcotraficantes y con el desafío de ayudar a estructurar un mejor país, aprovechando la adecuada Constitución de 1991. Considero que el balance de país (1990-2023) ha sido exitoso, bien que se mida contra el Estado cuasi fallido de los años 1970-1990 o respecto de la América Latina actual.

Colombia había logrado durante el periodo de prepandemia reducir la pobreza de 50% hacia 35% y reducir la inflación (que tanto afecta a esos pobres) de 30% hacia 6% (en promedio anual), al tiempo que evitamos periodos prolongados de crisis (salvo por 1998-2001).

Sin embargo, el entorno regional es desafiante. El abrazo de Lula a Maduro, en compañía de otros dirigentes regionales (incluyendo a Boric y Petro, en mayo del 2023) nos habla de una región que ha perdido su afinidad con la democracia representativa y ese progreso socio-económico (antes señalado). Pero todavía tenemos la oportunidad de salir mejor librados que nuestros pares (Chile o Perú) y, sin lugar a dudas, mucho mejor que lo ocurrido en Argentina, Venezuela o Nicaragua.

La última parte de mis memorias busca hablarles a las nuevas generaciones sobre desafíos de comunicación efectiva y aplicar esas lecciones para lograr una educación-amplia y, al mismo tiempo, relevante para la forma de vida que se escoja. Mencionamos allí los desafíos de sentar bases de buena lectura, buena escritura y, sobre todo, capacidad de reflexión, siendo esta última seriamente amenazada por comunicaciones digitales más bien de tipo superficial y pasajeras.

Con razón se habla de que “la simple atención” es el “nuevo commodity” que reclama el mundo, pues dicha atención está constantemente amenazada por los “likes” o por “los anzuelos-digitales” (click-baits) dispuestos allí como trampas que tan solo conducen a la superficialidad y carencia de análisis profundos. Allí incluimos algunas referencias al desafiante mundo que hoy nos plantea el advenimiento de la inteligencia artificial. Espero entonces que las generaciones contemporáneas a la mía encuentren en este escrito identidades de vida y que las generaciones más jóvenes extrapolen experiencias útiles para fraguar sus propias vidas.

Decía recientemente el “joven” Henry Kissinger (“Liderazgo, 2023), aun con sus 100 años de vida, que la simple inmediatez de la “comunicación visual” es totalmente insuficiente y dificulta el verdadero entendimiento de causas profundas. Sus posibles soluciones suelen construirse es con la “lectura profunda” y la educación comprehensiva, que aquí intento promover.

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