MI SELECCIÓN DE NOTICIAS
Noticias personalizadas, de acuerdo a sus temas de interés
A raíz del otorgamiento (compartido) del premio Nobel-2024 en economía a James Robinson, se le han hecho una serie de entrevistas sobre su vinculación (hace 30 años) al país; y, sin embargo, me llevo la impresión que no se la han formulado las preguntas verdaderamente importantes.
Y las conclusiones de James (el historiador) sobre la carencia de buenas instituciones en Colombia y la situación actual de “Estado-cuasi fallido” encierran un complejo laberinto. Esto a pesar del ahincó con que se han venido concretando los mandatos más relevantes de nuestra Carta Política-1991. Ese laberinto lo trataron de descifrar los premios Nobel en “El Estrecho Corredor” (2019), pero fracasaron (como algunas naciones…), pues no existe tal fórmula, como ellos allí lo demuestran.
Sería entonces útil que Mr. Robinson nos hablara (en concreto) sobre cómo es que podríamos acelerar el progreso en: i) educación; ii) salud; y iii) dotación de infraestructura, ojalá al estilo más aterrizado con que intentaba hacerlo Alesina (Q.E.P.D., otro conocedor de Colombia). En los libros de James abundan historias sobre “buenas instituciones”, pero bien sabemos que, en la práctica, estas provienen de prueba-error en imbricado proceso de leyes-resultados. Y como el propio Robinson lo ha dicho: No existen fórmulas únicas, ni expeditas.
Se requiere, pues, ir más allá de generalidades y contemplar los diversos factores, incluyendo dificultades culturales, geográficas y deficiencias educativas. Curiosamente, los tres ejemplos exitosos (Corea del Sur, Chile y Singapur) que él mencionó en entrevistas corresponden a dictaduras y no a procesos democráticos. Colombia, en cambio, viene tratando de honrar este complejo principio desde finales del Siglo XIX: luego a qué instituciones se refiere Ud. Mr. Robinson?
Para ayudar a encauzar sus respuestas concretas, me permito aportarle un breve balance del historial reciente en las áreas arriba mencionadas. Allí he buscado resaltar el relativo consenso de diagnósticos que han venido trabajando los principales think-tanks de Colombia; Anif y Fedesarrollo han cumplido ya 50 años, aportando aterrizados y concretos diagnósticos.
En el caso de la educación, se tiene relativo consenso en que se ha avanzado (aunque no lo suficiente) en materia de cobertura a nivel de primaria-secundaria. Pero continua grave deficiencia en calidad educativa (Fedesarrollo, 2023), tal como lo atestiguan las pruebas Pisa. Y ahora se tiene el gran desafío de la “educación temprana”. La pregunta Mr. Robinson es: ¿Ud. cree que esto es atribuible a problemas generado por la “elite excluyente” o por el entronizado papel sindical de Fecode “extrayendo” rentas públicas a su favor y apalancado en partidos políticos de izquierda que lo vienen fortaleciendo, como hoy ocurre con la Colombia-Humana de Petro? Importante no olvidar que Colombia asigna un presupuesto público equivalente al 5,5% del PIB, en línea con el promedio de países Ocde. ¿Ud. considera que Fecode constituye una institución “incluyente” y la Elite una “excluyente” y, si así fuera, nos puede explicar cómo es que la segunda domina a la primera?
En salud, Colombia ha progresado hasta tener coberturas satisfactorias urbanas del 80% de la población y queda una tarea importante por mejorar calidad del servicio en el 20% rural (Anif, 2024). Colombia asigna cerca del 8% del PIB al sector salud y pronto llegará al 9% del PIB, tal como hoy se observa, por ejemplo, en Gran Bretaña? Mr. Robinson, ¿Ud. considera que las leyes y el congreso han olvidado adrede la salud de los colombianos? Y para continuar mejorándola, Ud. cree que las ejecutorias de Petro acabando con el sistema EPS-IPS son las adecuadas? Qué opina de las asesorías que en tal sentido le ha venido dando la Sra. Mazzucato a Petro en tal sentido?
En materia de infraestructura se tiene que nuestra geografía (qué pena mencionarle este tema, que en general no le despierta ni interés ni desafíos) ha representado obstáculo serio a nuestra conectividad interna. Según Ud., la carencia de “instituciones” (aunque otros lo atribuyen a la escasez de “capital humano”) nos llevó a intentar la conectividad (precaria y costosa) fluvial, usando el Río Magdalena en el Siglo XIX. Pero pronto se abandonó ese proyecto y se viró hacia los ferrocarriles a inicios del Siglo XX; quedando Colombia altamente endeuda y todavía sin la conectividad deseada. Debido al alto costo de trazar líneas ferroviarias de elevadas pendientes (F. Safford, 1978), Colombia dio un nuevo viraje hacia la construcción de carreteras.
El resultado ha sido un parche no acabado de buques, trenes y camiones que aún no satisfacen la buena conectividad y de allí los elevados costos “Colombia” que nos impide ser competitivos globalmente. Y, como es sabido, la opción de conectividad aérea solo opera para las exportaciones de bajo peso-específico, como las flores. Así que diversificar exportaciones ha resultado difícil, aun con ubicaciones tan privilegiadas como Barranquilla, mientras Bogotá está lejos de ser el “hub internacional” anhelado.
Mr. Robinson, ¿Ud. a qué atribuye tales desatinos en infraestructura por parte de Colombia (… institutions rule)? ¿Y por qué cree que Colombia no ha logrado replicar el éxito de Chile al usar los recursos privados de las AFPs para aplicarlos a infraestructura? ¿Cree que Petro acierta al generar un sistema cuasi-monopólico a favor del sistema público que mina el ahorro privado?