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Analistas 18/11/2024

Postura monetaria y perspectivas 2024-2025

Sergio Clavijo
Prof. de la Universidad de los Andes

El Dane reveló que la economía colombiana continuó mejorando su ritmo de expansión al acelerarse de 0,6% observado en 2023 hacia 1,5% en el primer semestre de 2024 y ahora hacia 1,8% del periodo enero-septiembre de 2024. Seguramente 2024 (como un todo) estará arrojando un crecimiento aceptable de 2% anual y con altas probabilidades de continuar hacia la franja de expansión de 2,5% a 3% en 2025.

Metas de inflación
Gráfico LR

Sin embargo, esta moderada recuperación está lejos de ubicar al país en una senda de crecimiento sostenible que llegue a elevar nuestro crecimiento potencial del lánguido 2,7% por año, observado en el quinquenio 2020-2024, hacia 3,5% por año. Se requiere con urgencia recuperar la relación Inversión Productiva/PIB del actual 17% hacia 23%, como la que se tuvo durante 2010-2014.

Y esto (obviamente) solo empezará su correctivo estructural con el nuevo gobierno (2026-2030) que esperamos recupere las sinergias que se traían de las décadas anteriores, cuando dichas alianzas público-privadas expandían y mejoraban los servicios en salud, infraestructura y energía. En el futuro cercano se tendrá, además, el problema de des-apalancamiento del ahorro-inversión, ocasionado por la reforma pensional que otorgó cuasi-monopolio a Colpensiones.

Bajo la Administración Petro ha sido notorio el doble fracaso en, primero, el tránsito de los excesos de consumo del periodo 2021-2023 hacia “la siembra de la inversión” del periodo 2024-2026 y, segundo, la transición energética que requería apalancarse en atinadas inversiones de Ecopetrol. Le pudo más el odio hacia la iniciativa privada (y su eficacia), llevándolo a desaprovechar la oportunidad histórica de mostrar que “la izquierda” también podía gobernar de manera sensata.

El periodo 2025-2026 todavía ofrece una ventana de aprendizaje que deberíamos todos aprovechar para recuperar el precioso tiempo perdido. Una primera opción proviene del relativo éxito del control inflacionario (aunque inferior al logrado en países pares de la región). La inflación de octubre mostró una sorpresiva reducción hacia 5,4% anual y la inflación subyacente (sin alimentos) descendió hacia 6,3% anual. Si bien ello representa un alivio frente a 9,3% de inflación total en 2023 (o 10% en la subyacente), todavía la inflación estaría cerrando en 5,2% en 2024 y la subyacente cerca de 6%.

El marco jerárquico de operación de la inflación-objetivo del BR nos indica que en Colombia se ha venido aplicando una política monetaria relativamente apretada, pues la repo de 9,75% al cierre de octubre representaba una repo-real (computada contra la inflación sin alimentos) de 3,5% real frente a un valor “neutral” que debería estar en 2% real.

El gráfico adjunto ilustra cómo la inflación total ha venido descendiendo de 9,3% de finales de 2023 hacia 5,4% anual de octubre de 2024 y se pronostica que podría cerrar en 5,2% este año y en 3.5% el próximo año. Luego, con una inflación subyacente también descendiendo de 6,2% anual hacia un cierre de 6% en 2024, resulta bastante factible que la repo del Banco de la República continúe descendiendo de 9,75% actual hacia 8,75% en diciembre de 2024 y 6% al cierre de 2025.

Decíamos recientemente que el marco jerárquico de operación de la inflación-objetivo del BR nos indica que se tiene todavía un exagerado apretón monetario en Colombia. Durante el prolongado periodo febrero-noviembre de 2024 hemos experimentado una “sobredosis” de apretón monetario de unos 200 pbs y solo en noviembre se ha logrado reducir a unos 100 pbs respecto de la meta de tenerse una repo-real-core cercana a 2% (repo-real-activa).

Esto implica que, a la altura de marzo-2024, el BR hubiera podido reducir su tasa repo nominal hacia 10,5%, en vez de haberse tenido 12,25% observado. Y, a la altura de noviembre-2024, la tasa repo ha debido estar más cerca del 8,25% que de 9,75% (adoptado a finales de octubre por votación 4 contra 3).

Ojalá que para finales de noviembre al repo nominal se llevara a 9% y así reducir la “sobredosis” de apretón monetario por debajo de los 100 pbs. Cabe recordar que las perspectivas de reajuste del Acpm se han reducido a solo 40% del programa fiscal, el cual acertaba al buscar cerrar la brecha de subsidios hacia mediados de 2025. Y el régimen actual de lluvias parecería estar elevando el agregado de los embalses a cerca de 55% y así reducir los costos energéticos de cara al nuevo año.

Sin embargo, es claro que todavía se tienen desafíos para encontrar adecuados balances en dos frentes. El primero se refiere a la función precautelativa que ha venido aplicando el BR frente al serio problema de “dependencia fiscal” estructural, donde las señales de recorte de 2% del PIB en el presupuesto de 2025 todavía lucen insuficientes.

Y, segundo, se tiene el frente de los cambios en la composición de la Junta Directiva del BR. Seguramente dichos cambios apuntarán a nombrar dos nuevos miembros que aplicarán el historial de “péndulo político” hacia una postura monetaria más laxa desde inicios de 2025. Pero ojalá que esa situación evite llegar a poner en riesgo la meta que se ha trazado el BR de regresar hacia inflaciones no superiores a 3%, tras un prolongado periodo de incumplimiento del mandato de inflación objetivo por cuatro años consecutivos (2021-2024).

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