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Analistas 11/09/2023

Sistemas transaccionales

Sergio Clavijo
Prof. de la Universidad de los Andes

Decíamos recientemente que el centenario del Banco de la República (BR) ha sido una buena oportunidad para analizar avances en los frentes de control de la inflación y del mejor manejo de los ciclos financieros. En general, el periodo moderno del BR (2000-2019) ha sido exitoso en ambas tareas.

Pero existen otras áreas donde vale la pena dimensionar retos inmediatos, como el relativo a plataformas transaccionales. Poníamos de presente cómo han sido los países emergentes (especialmente India y Brasil) donde la modernidad digital se ha puesto de mejor manera al servicio de la inclusión financiera. Allí, por ejemplo, los cobros de las poderosas marcas de tarjetas de crédito a los establecimientos comerciales han tenido que reducirse hacia 0,3%-0,5%, en vez de los onerosos 1%-3% que prevalecen en los Estados Unidos.

La buena noticia es que, en julio-2023, se lanzó la novedosa plataforma Fed-Now, con la cual se intenta agilizar y abaratar su paquidérmico sistema (... completando como tres décadas de atraso). Y de allí que se hable (sarcásticamente) de la red Fed-Late. En el frente positivo cabría destacar que se han vinculado a ella cerca de 40 bancos y 15 plataformas transaccionales, con el objetivo de: i) lograr la compensación en tiempo real; y ii) la posibilidad de realizar pagos en bloques algo más baratos que los actuales.

Pero no cabe duda de que ese sistema no será la panacea y continuará con diversos problemas. Para empezar, varios de los grandes bancos no se han vinculado al Fed-Now, como BoAmérica, Citi o Goldman, pues estiman que sus sistemas funcionan mejor y que “el gancho” de poderse lucrar de compensaciones tardías no resulta suficientemente atractivo para hacerlo.

Y el camino por recorrer es gigantesco, si se tiene en cuenta que en Estados Unidos tan solo 5% se compensa en tiempo real frente a 80% en India o 40% del Brasil (según The Economist, july 20th 2023), ver gráfico adjunto. Tal como ocurre en los sistemas transaccionales, la clave está en lograr un adecuado balance entre “cubrimiento Vs. velocidad” y es claro que la Fed-Now continúa atrapado en dicha dualidad. Su velocidad es paquidérmica, pues un increíble 25% de las compensaciones en los Estados Unidos ocurren vía cheques-físicos. Además, se trata de un sistema todavía dominado por el “push-factor” (demanda vía clientes), sin permitir aun potenciar el “pull-factor” (iniciativa de los establecimientos).

En síntesis, el sistema en los Estados Unidos continúa dependiendo (más o menos por terceras partes) de: i) pago de los servicios (incluyendo los públicos) vía red bancaria; ii) transferencias persona-persona vía las “apps”; y iii) compra de bienes-servicios vía las tarjetas de crédito. El lastre principal está en este último componente, tal como lo analizamos en columnas anteriores.

En el caso de Colombia, se han ido modernizando los sistemas de compensación de cheques, tanto de instancias delegadas, como del sistema interbancario. Este se fue complementando con actividades fiduciarias, como agente del gobierno, y vía DCV, hasta conformar los conocidos sistemas Sebra, ACH-Cenit y SEN (ver el buen recuento histórico de J. Bernal “Contribuciones al Sistema de Pagos”, en Memorias del BR... 2023).

Sin embargo, aún se tiene un gran desafío en velocidad y costo, amén del conocido problema de alta informalidad financiera, donde el acoplamiento público-privado es vital. Mencionaba el BR (2022 “Arquitectura del Sistema de Pagos”) que tan solo un 5% de los comercios pequeños cuentan con dotación para recibir pagos digitales y que solo ahora se estaría moviendo todo el sistema (SGT-3) hacia el logro de compensación bruta en tiempo real (como también lo persigue la Fed-Now).

Un ejemplo de reciente retroceso transaccional ha tenido que ver con el monopolio establecido a favor del Banco Agrario en el pago de la “renta ciudadana”, el cual detallamos en otra columna. Esto pone de presente que el desafío no se limita a la expansión de los pagos del sector privado, que mal que bien continúa progresando de la mano de la modernización tecnológica, sino que requiere de articulación con los pagos públicos.

En un interesante documento del BR (2023, “Evolución de las Transferencias Monetarias” K. Acosta et al.) se explica cómo los sistemas de pagos presupuestales están siendo exigidos para atender a la población más necesitada. Al sumar los principales cinco frentes de subsidios (Familias, Jóvenes, Col-Mayor, devolución IVA e Ingreso Seguro) se tiene que el valor de pagos se ha expandido de 0,5% hacia 1,1% del PIB durante 2014-2021, lo cual implica a nivel presupuestal usar canales ágiles ya no solo para 1,1% del PGNación, sino para 4%.

Se ha establecido que la eficacia de estas transferencias logra reducir la pobreza hasta en 3 pps a nivel urbano y hasta 7 en zonas rurales. Luego la agilidad y bajo costo de los sistemas transaccionales juegan un papel vital a la hora de generan bienestar a nivel de educación, salud, mercado laboral y comando de género. Como bien se concluye en dicho documento, estos sistemas transaccionales, para ser exitosos, deben sortear los criterios de cohesión, condicionalidad, focalización y operatividad, donde este último componente debe poderse vincular a la modernización que también está ahora impulsando el BR-Ya.

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