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A pesar de que en los últimos dos años la economía ha mostrado un comportamiento mediocre y la inversión ha caído dramáticamente (ciclo negativo), hay elementos que han contribuido a que las cifras no sean peores y se vislumbran cambios alentadores.
El gasto del gobierno ha sido un motor desde los componentes del gasto agregado. Las remesas de colombianos en el exterior a sus familiares, siguen creciendo a cifras históricas, contribuyendo a cubrir necesidades básicas y a estimular el gasto en bienes y servicios. Además, la reciente y progresiva reducción de las tasas de interés, como consecuencia de la política monetaria tanto local como internacional, mejora la capacidad de gasto y ahorro de los hogares.
Sumado a la decisión de los bancos hipotecarios de reducir las tasas en mayor proporción que las bajas de las tasas de referencia del Banco de la República, ha tenido un impacto positivo. Las tasas de interés, cuyo aumento en los últimos dos años fue una de las razones de la caída en la construcción, ahora son una esperanza para el sector y una gran oportunidad para los compradores de vivienda.
Para la construcción de vivienda, las tasas de interés tanto en UVR como en pesos mostraron una tendencia decreciente hasta 2020, con tasas entre 12% y 5%. Sin embargo, desde 2021 se observó un aumento significativo, alcanzando picos de hasta 20% para VIS. Este incremento súbito encareció el financiamiento de los proyectos, afectando los márgenes de beneficio, desincentivando la inversión en nuevos desarrollos y alejando a los compradores.
Debido a que el mercado de vivienda es altamente demandado, ya que se crean más hogares de los que se construyen viviendas formales, la demanda por viviendas en arriendo se ha incrementado y la construcción informal ha aumentado, incluidas las invasiones.
En el último reporte del Dane, uno de los múltiples causantes de no poder seguir bajando la inflación fue el alza de los cánones de vivienda. El gobierno mencionó la posibilidad de regularlos. No es necesario, pues la ley 820 de 2003 establece topes de incremento anual a los arrendamientos de vivienda basados en la inflación del año anterior.
Vale resaltar que la vivienda en Colombia siempre se valoriza. Como garantía hipotecaria, su cobertura es creciente; como inversión, si se considera el alquiler más la valorización, es atractiva y segura. La vivienda proporciona refugio y genera patrimonio para los hogares, brindándoles estabilidad e incluso en algunos casos, lugar de trabajo. Los desarrollos innovadores y con entornos adecuados y sostenibles contribuyen al desarrollo urbano y a mejorar la calidad de vida.
Además, la producción de vivienda formal genera empleo masivo y, gracias a su encadenamiento con otros sectores de la economía, es instrumento de desarrollo. El recaudo de impuesto predial es parte esencial de los ingresos corrientes de los municipios.
En conclusión, la tasa de interés en los créditos hipotecarios es muy sensible para la decisión de compra de vivienda, a 10% y 11% anual, se revive el apetito por crecer la oferta de proyectos inmobiliarios y por adquirir vivienda. La construcción formal es instrumento de crecimiento económico y social.