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Bogotá es una de las ciudades más atractivas de América Latina y la más desarrollada de la región andina. Es una ciudad con crecimientos superiores al promedio en materia económica y cultural.
Como ciudad - región produce mas del 30% del PIB nacional y solo tiene cerca del 16% de la población colombiana. Por ello genera la mayor cantidad de empleos, importante inversión extranjera, los más destacados eventos y es el destino turístico mas apetecido del país, incluyendo el turismo empresarial. Bogotá esta de moda.
Este crecimiento contrasta con el problema estructural de insuficiencia de servicios urbanos. La movilidad es un desastre, las vías son insuficientes, el déficit habitacional crece, el espacio público útil verde no cumple las metas trazadas en el Plan de Ordenamiento Territorial, se sigue urbanizando parte de la ciudad de manera irregular; y lo que es peor, los pobres se empobrecen mas.
Continuando con los contrastes, Bogotá ha tenido en los últimos años, de manera positiva, una transformación en su percepción, el aprecio por la ciudad es generalizado, contrario al de sus mandatarios. El último Alcalde se encuentra en la cárcel y el actual burgomaestre es percibido con poca credibilidad en su forma de gobernar.
Particularmente el Alcalde Petro, como parte de la solución al problema de la movilidad, ha propuesto ahora la construcción de un tranvía en la Avenida Carrera Séptima, principal arteria de la malla vial y eje oriental de la ciudad. Ciertamente es una alternativa, la que se puede analizar desde varios puntos de vista.
Los reparos a la parte técnica del sistema son pocos, puede llegar a ofrecer un mejor servicio que los buses y es menos costoso que el metro. El tranvía tiene ventaja en su operación como la confiabilidad y seguridad, es ambientalmente mas amigable, se puede integrar fácilmente con otros modos y puede contribuir a una renovación urbana.
Sin embargo, el análisis más importante es el de la gobernabilidad.
La confianza de los gobernados en las decisiones que toma el gobierno Distrital, como respuesta mediática a los gravísimos problemas, puede ser nula. El camino no es seguir cambiando las posibles soluciones cada que hay cambio de Alcalde.
En este momento la ciudad cuenta con un último estudio de metro que se construiría por el costado oriental, estudio que no tiene en cuenta el tranvía; se firmó un contrato para la construcción de un Transmilenio ligero por la Séptima, se alcanzaron a iniciar algunas obras y se planteó una interesante propuesta de `corredor verde`.
La falta de continuidad y de institucionalidad, genera colapsos. Si continuamos en el círculo vicioso de contratar estudios y más estudios, no se llega a ninguna parte; menos si cada Administración elabora los suyos para que la siguiente los ejecute, a sabiendas que la nueva probablemente no lo hará.
Bogotá no aguanta más indefiniciones. El gobierno nacional debe apoyar a esta región e intervenir en la efectiva solución a la movilidad. Una visión moderna de ciudad, es analizarla en cuatro ejes: lugar para vivir, todos los hogares de todos los estratos; sitio para trabajar, donde se promueva el emprendimiento y existan fuentes laborales; la lúdica; y, el cuarto eje, la movilidad, que es estructurante por su condición de impactar los tres anteriores.
Para señalar otro contraste en la ciudad, la calidad de la educación escolar pública nada que avanza, mientras el desarrollo cultural y la oferta de espectáculos públicos, como el maravilloso Festival de Teatro, son cada vez mejores y satisfacen los requerimientos de los ciudadanos.