ANALISTAS 18/03/2025

Construcción sostenible

Sergio Mutis Caballero
Presidente Grupo Valor

En 2024 la construcción continuó en decrecimiento, especialmente en edificaciones. A la infraestructura la salva el avance de la primera línea del Metro de Bogotá. A su turno, la falta de oferta suficiente de nuevas viviendas formales, hizo que los arrendamientos y otras modalidades de vivienda como la turística, crecieran. La producción de vivienda social, se fue al traste, generando más informalidad y aumentando el déficit habitacional. Por primera vez en 20 años disminuyó la iniciación de obras nuevas, afectando el empleo.

En materia de construcción sostenible y amigable al medio ambiente, el año que culmina es de grandes logros. Esta sostenibilidad potencia el impacto positivo del entorno construido en la vida de las personas y del planeta. Aporta a las metas de cambio climático, al bienestar y productividad para usuarios finales y comunidades. Pues bien, las cifras en construcción sostenible son alentadoras y de gran consolidación para nuestro futuro.

La construcción sostenible avanzó significativamente. En el caso de los proyectos residenciales, 40% del total de metros cuadrados licenciados, están en proceso de certificación bajo sistemas como Casa Colombia, Leed o Edge. Para otros usos, este porcentaje alcanza 32%. Sin duda, estos datos ratifican la acogida de la construcción sostenible en la producción formal de vivienda y en la construcción de edificaciones en nuestro país.

En relación al sector empresarial, con la restricción al crédito y el aumento del mercado potencial de vivienda, pero minado por la capacidad económica, algunos de los grandes desarrolladores inmobiliarios y los de nicho, se han fortalecido o tienen buenas perspectivas. A contrario sensu, las pequeñas constructoras se han debilitado o desaparecido, tanto que en los primeros diez meses de 2024, según datos de la Superintendencia de Sociedades, 112 constructoras ingresaron en procesos de insolvencia, cerca de la mitad en reorganización empresarial y el restante en liquidación judicial.

En prospectiva, y no obstante el panorama con tantos nubarrones, las preventas de proyectos nuevos sobre planos vienen reaccionando. 2025 inicia con mejor tendencia, tanto que el primer bimestre hubo incremento de 24% en unidades pre vendidas comparado con el mismo periodo del año anterior. Gran incertidumbre, la falta de apoyo gubernamental a las familias más necesitadas en materia de vivienda social formal. Sin subsidios a los hogares de menos ingresos, es muy difícil acceder a vivienda propia.

Y la tapa, las intromisiones del Gobierno Nacional en materias que le son de competencia de los municipios, como el proyecto de resolución del Ministerio de Ambiente sobre ordenamiento ambiental de la Sabana de Bogotá, impondría restricciones descontextualizadas que paralizarían su desarrollo sostenible, afectarían la autonomía territorial y fomentaría más informalidad, sin garantizar la protección real del ecosistema, ni la calidad de vida de la población. La mejor determinante ambiental es la construcción sostenible.

El hábitat de calidad y la vivienda ejecutada con construcción sostenible, son el camino para el desarrollo social y económico del país, con generación de empleo y mejora de la calidad de vida.