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El tamaño de la economía de un país se mide por su PIB, siendo este, la magnitud macroeconómica que expresa el valor en moneda de los bienes y servicios de demanda final para el país o región estudiada, durante un lapso, generalmente un año. Para el caso colombiano, el Dane tiene estudiado al país con los mismos sectores económicos establecidos por las Naciones Unidas. El PIB se compone por los macrosectores de, servicios, industria, agropecuario, comercio, construcción y otros.
El sector de la construcción, que históricamente participa en la economía colombiana, entre 5 y 8% del PIB total, se divide en dos subsectores, el de edificaciones y el de obras civiles o infraestructura. Actividades que le agregan a la economía grandes inversiones; siendo la construcción de edificaciones además intensiva en mano de obra y la construcción de infraestructura aportante de capital social y de desarrollo en su conjunto.
En las edificaciones, la construcción de vivienda representa 70% de las mismas. A su turno, los hogares gastan en vivienda, algo más de 30% de sus ingresos; lo que corrobora su importancia económica y su impacto en la sociedad. Si bien, en algunas épocas crecen de manera dispar estos dos subsectores, aportan cifras similares.
Pues bien, la construcción de edificaciones según lo anterior tiene una participación marginal en la economía. Lo que no es cierto. Cuando se produce acero, cemento o ladrillos, se le anota al sector industrial; cuando se otorga un crédito constructor o se financia una vivienda, se anota al sector de servicios financieros; la actividad de las ferreterías se anota al sector comercio; los diseños arquitectónicos, estudios técnicos, se anota al sector de servicios profesionales; y los arrendamientos, se anotan al sector de servicios de alquiler.
Conforme lo anterior, si a los sectores de servicios, industria y comercio, se le desagrega la parte correspondiente a la construcción, en suma, esta impacta más de 20% del PIB. Podría afirmarse que, el sector inmobiliario integral supera la quinta parte de la economía. El solo subsector de servicios de alquiler es del orden de 10% del PIB nacional. Además, la construcción aporta 1,4 millones de empleos directos y la actividad de servicios inmobiliarios algo más de 1,8 millones de puestos de trabajo.
Así se entiende como, en la medida que crece la construcción, crece la economía. En los dos últimos años la construcción de vivienda decreció, lo que impactó negativamente la economía, habiendo tenido un crecimiento mediocre el PIB nacional. Así mismo, es pertinente que el gobierno tome a la construcción de edificaciones como instrumento de política económica y desarrollo social. La construcción debe mantenerse como una política de Estado, siendo indispensables los recursos fiscales para incentivarla.
Cada peso del presupuesto nacional en subsidios a la demanda de vivienda y otros complementarios se revierte con creces, vía impuestos que se recaudan tanto por parte de la nación, como los municipios. El impuesto predial es el ingreso corriente más importante para la gran mayoría de las administraciones municipales colombianas, con excepción de las grandes urbes que corresponde a la segunda fuente, después del ICA.
El buen suceso del crecimiento de nuestra economía está atado al sector inmobiliario integral.