En jaque la vivienda (parte II)

El protagonismo económico, liderado por la construcción de edificaciones y la compra de vivienda, hay que salvaguardarlo. La senda del buen desempeño de la actividad es fundamental para la generación de empleo en su construcción y comercialización, también para la estabilidad patrimonial de los hogares generada por tener vivienda propia, lo mismo que para inversionistas, por su constante valorización.

Por ello, hay que encontrarle salida a la dificultad coyuntural de la construcción de viviendas que se pre venden a precio fijo.

Los últimos 18 meses han sido históricos en pre ventas de viviendas formales sobre planos, superando 350.000 unidades, sobre las que, en su gran mayoría no han iniciado la edificación. Cuando se hicieron las factibilidades de estos proyectos para determinar los precios proyectados, no se incluyó en su cálculo de costos, los impredecibles incrementos de la inflación, el aumento de precios de insumos importados, ni el incremento de las tasas de interés; aunado a dificultades en la proveeduría de materiales con alzas, algunas de éstas inexplicables.

En bien del país y de la actividad, que a su turno impacta de manera importante en otros sectores de la economía y por ende en el desarrollo económico y social general, todos los actores deben poner de su parte. Habrá casos insalvables de iniciación de obras, pero la gran mayoría podrán comenzarse y las iniciadas concluirse en bien de los compradores. También es menester encontrar fórmulas complementarias para los proyectos que comienzan a estructurarse y saldrán a pre ventas.

De parte del gobierno, en cuanto a la vivienda social, es perentorio mantener los subsidios a los compradores, tanto a la cuota inicial como a la tasa de interés para el cierre financiero. La clave en todo caso está en controlar la inflación y mantener el crecimiento económico. Los gobiernos locales deben apoyar la construcción formal, no más trabas y trámites inoficiosos que encarecen la producción. Los bancos pueden contribuir, manteniendo fija la tasa de interés con que se aprobaron los créditos, no tasas variables que aumentan los costos financieros de la factibilidad. Los proveedores de insumos, deben disminuir sus márgenes, como les toca a las empresas promotoras constructoras, que para el caso de las viviendas sociales, el margen corresponde casi que a la devolución del IVA en los materiales de construcción utilizados en su desarrollo.

Para los proyectos que comienzan a estructurarse, el precio se puede pactar en salarios mínimos mensuales legales vigentes al momento de la escritura y entrega. De manera alternativa, se puede colocar una cláusula que ajuste el precio cuando el índice de costos de la construcción de edificaciones supere 10% del índice de precios al consumidor establecido por el Dane. Esta forma de restablecimiento del equilibrio entre las dos partes se utiliza en otros países.

Es posible que la industria siga teniendo incertidumbres por factores externos, pero la necesidad de disminuir el déficit habitacional, aunado a lo explicado de la importancia económica y social, obligan a tomar medidas para proteger la actividad de la construcción formal de vivienda.