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Analistas 01/10/2021

Pacto por la vivienda

Sergio Mutis Caballero
Presidente Grupo Valor

El Gobierno al haber tomado como política económica y de equidad social la construcción de vivienda, especialmente la de interés social, ha dado un paso contundente para la reactivación económica, para la generación masiva de empleo y para el fortalecimiento patrimonial de los hogares.

En lo que va corrido del año las ventas de proyectos sobre planos, donde la VIS alcanza el 70%, corresponde a la mayor venta histórica en esta materia. Pero, los sobrecostos en algunos insumos pueden aguar la reactivación, ya que las viviendas se comercializan a precio fijo y cuando hay alza descomunal de algunos insumos, puede inviabilizar la ejecución de dichos proyectos.

Enfaticemos, para que las ventas de inmuebles futuros a precio fijo, se traduzcan en reactivación y empleo durante la construcción, es necesario que se logre su construcción. Pues bien, las alzas impredecibles que están sucediendo de manera coyuntural en insumos como el acero, el hierro y el alambre, entre otros, en todos los casos está reduciendo el margen y en otros incluso pueden llegar a que los promotores de los proyectos se vean obligados a desistir su ejecución por el riesgo de trabajar a pérdida.

Para la coyuntura, el insumo que más influencia tiene y por ende ha generado mayor polémica, es el acero de refuerzo. En el último año ha tenido incremento de más del 40% por situaciones de mercado internacional y la devaluación del dólar. Entre el 50% y el 60% de su consumo se produce en Colombia, la diferencia se importa. Principales proveedores se encuentran en México y Brasil, con quienes tenemos tratados de libre comercio por tanto no existe arancel en su importación. Otros grandes productores del mundo deben pagar el 10% de arancel para ingresar sus productos a Colombia.

Ahora bien, Camacol con toda justificación y pertinencia, ha denunciado esta coyuntura, invitando a todos los actores y al propio gobierno nacional para salvar el aporte en materia de empleo y en reactivación económica, tendiente a que las 215.000 unidades comercializadas para este año, se traduzcan en viviendas formales.

De forma paralela y también con argumentos razonables, gremios como la Andi y Camacero han solicitado que no se reduzcan los aranceles, buscando estabilidad jurídica y protección a la industria nacional, incluso han argumentado eventuales pérdidas de empleo y de confianza inversionista en el país. Ciertamente la estabilidad jurídica es un pilar de los estados de derecho y un fortín del principio de confianza legítima.

¿Cómo resolver esta encrucijada? La solución también puede ser coyuntural: Por un tiempo de seis meses o un año se elimine el arancel para tener mayor oferta de acero a menor precio.

Llegó el momento de un pacto nacional por la vivienda, donde la industria y los importadores reduzcan sus márgenes, donde por fuerza los promotores hagan lo propio, donde los aportantes de tierra entiendan la coyuntura, donde los bancos mantengan bajas las tasas de interés. Así el gobierno continúe con su extraordinaria política en favor de la vivienda social. En fin, es el momento de “todos ponen” para salvar el esfuerzo logrado en tantas preventas y garantizar la vivienda digna y formal a tantos hogares.

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