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Analistas 28/06/2024

¿Y el empleo?

Sergio Mutis Caballero
Presidente Grupo Valor
La República Más

Ruptura legal y contrasentido económico, es la nueva reforma laboral. Preocupa que el gobierno pretenda que, lo que el Congreso no acogió del texto presentado, ahora anuncie imponerlo por decretos. La reforma encarece el costo laboral, lo que en la práctica termina destruyendo empleo formal. Por el contrario, se requiere es incentivar la formalización del empleo.

Según el Dane, cerca de 13 millones de trabajadores en Colombia están en la informalidad, son más de 55%. La reforma no se ocupa de la necesaria propensión por la formalidad. La informalidad laboral, genera baja productividad, problemas fiscales y que el aporte al sistema de salud y de pensiones tenga baja cobertura.

La población rural cuenta con alta tasa de informalidad, supera 80%. Pero hay aglomeraciones urbanas que no se quedan atrás, como Sincelejo que se acerca a 70%, y otras tantas que superan 60% como Valledupar, Cúcuta, Santa Marta y Riohacha. La población más vulnerable que se encuentra ocupada de manera informal está desatendida en la reforma, al igual que los desempleados. Así lo señalan centros de estudio jurídicos y económicos, representantes de gremios de la producción y sectores que aportan empleo masivo.

Centros de estudios, como Ámbito Jurídico, le preocupa la estabilidad laboral, Fedesarrollo, en materia económica y Anif en tema social; la empresa privada representada por el Consejo Gremial Nacional, al igual que los representantes de gremios de producción y sus afiliados, como Fenalco (comercio), Andi (industria) y Camacol (construcción), ratifican el contrasentido económico y social. La reforma laboral ataca la productividad, además al pretender acabar con la tercerización especializada; por ello, Acoset (servicios temporales), se suma en argumentar que destruye empleos.

Hay sectores vitales para la economía del país, que además ofrecen diversidad de oportunidades laborales. El agro, la construcción, el comercio, parte de la industria y algunos servicios (incluido el turismo), además de generar desarrollo, son los que, de cada peso invertido, más empleos generan. Así mismo su encadenamiento con otros sectores se convierte en instrumentos contracíclicos necesarios. Pero en algunos casos su reactivación tarda tiempo.

A manera de ejemplo, la construcción de edificaciones, por la fuerte caída de preventas de proyectos sobre planos en los últimos dos años, dejará en el próximo año y medio, 500.000 desocupados. Hoy se está construyendo lo que se lanzó en pre ventas hace más de dos años, por ello el daño al futuro empleo ya está causado; solo se soluciona parcialmente con baja de tasas de interés, efectividad de la política pública para vivienda social, control a la inflación, estabilidad jurídica y capacidad de compra de los hogares. La caída de la construcción también afecta el empleo de gran parte de otros sectores económicos que se encadenan.

Mejorar las condiciones laborales de la minoría que tiene empleo formal encarece su contratación, por ende, acrecienta el desempleo y la informalidad laboral. Resultado social y económico contrario a lo que necesita el país.

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