Sal de casa

Sal de casa, viola la cuarentena. Evita el distanciamiento social, no te aisles. Si eres víctima de violencia doméstica, no te quedes en el hogar. El aislamiento no es una opción para ninguna de las mujeres que habitan con un mal -peor que el virus- en su casa.

El aumento en 103% de llamadas a la línea 155 –la línea de orientación a mujeres víctimas de violencia- durante los primeros días del aislamiento obligatorio, hace visible la otra pandemia con la que también luchan las mujeres en Colombia: la violencia intrafamiliar. De 1.221 llamadas recibidas entre el 25 de marzo y el 4 de abril, 912 reportaron un caso de este tipo.

La prioridad por estos días, como nunca antes, es salvar vidas. Por eso, una pronta llamada, hablar con un familiar o amigo, enviar señales de alerta al ir a la droguería o supermercado, pueden hacer la diferencia. Incluso, si es necesario, salir de casa. Además de los centros de atención existentes, el Gobierno ha anunciado 65 nuevos albergues en Bogotá y otros departamentos para brindar atención prioritaria, y la Fiscalía también ha adoptado un protocolo interno para fiscales e investigadores, con el fin de garantizar la rapidez en el trámite de las denuncias.

La pandemia y la cuarentena han desnudado una situación que no es nueva. Las mujeres llevan años sufriendo distintas formas de violencia, entre estas el abuso en su propio hogar, pero la medida de aislamiento obligatorio ha generado que ellas hoy no tengan otra opción que pasar más tiempo con sus abusadores y que no puedan romper facilmente estos círculos de maltrato.

La alerta no es solo en Colombia. El aumento de casos ha llamado la atención de autoridades y activistas por los derechos de la mujer alrededor del mundo, y los gobiernos intentan tomar acciones. En España, el gobierno le ha dicho a las mujeres que no serán multadas si salen de su casa para denunciar. Francia, por su parte, ha anunciado que pagará 20.000 noches en habitaciones de hotel para víctimas de violencia doméstica y abrirá centros emergentes de asesoramiento en supermercados. En Australia el gobierno ha presentado un paquete de 150 millones de dólares australianos para apoyar a las víctimas.

Los casos recientes en Colombia y el mundo reflejan que la discusión sobre el coronavirus no es solo económica o sanitaria. Es de salud física y mental, y es de género. Hoy, al igual que los adultos mayores frente al virus, hay una población más vulnerable con el aislamiento: las mujeres. Las medidas adoptadas son buenas, pero se requiere más acción, generar las condiciones necesarias para protegerlas y brindarles apoyo y atención prioritaria.

Colombia y el mundo necesitan a las mujeres libres del virus y de la violencia. Mañana, cuando pase la emergencia sanitaria, será más importante aún luchar contra ese enemigo común y trabajar -de una vez por todas- en educación, y en abolir comportamientos misóginos y machistas que pueden matar más que cualquier síndrome respiratorio.