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Revisando la literatura para buscar consejos sobre cómo alcanzar el éxito profesional, se encuentra información sobre los factores que son externos a la causa, tales como los hábitos de vida y cuáles son los pasos a seguir. Pero hay un vacío en la información sobre cuáles serían los factores internos del “éxito”, por ejemplo cuáles son las creencias o la filosofía de vida de los profesionales exitosos. No es común encontrar información acerca del modus operandi de los exitosos. Primero porque lo interno es más difícil de describir y a la vez de descubrir, siendo que esta no es información que muchos exitosos estarían dispuestos a comunicar a un entrevistador que acaban de conocer, o a revelar en una encuesta impersonal.
Significa lo anterior, que existe un secreto que representa una oportunidad para los que buscan el éxito. Son precisamente estos factores internos los que desmitifican el éxito y lo ponen en un plano humano, al alcance de muchos. He podido comprobar, en conversaciones uno a uno, en escenarios informales con profesionales exitosos, qué realmente los guía, que los orienta o como se apasionan.
A continuación comparto algunos de mis hallazgos.
Son posibilistas. Mas que optimismo, el profesional exitoso espera que el resultado de sus esfuerzos sea positivo. El optimismo es caracterizado por esperar lo mejor de toda situación. El pesimismo es su antónimo, es la tendencia a pensar que todo va a salir mal. Cuando un profesional trabaja con la expectativa que todo va a resultar, que tarde o temprano se logra llegar al objetivo, se convierte en un posibilista. En el mundo del posibilista solo existe el “sí”, el “no” no es una opción. Precisamente esa creencia es la que lleva a los exitosos a perseverar hasta alcanzar sus metas. Emprenden su camino esperando un “sí” - y no paran hasta encontrarlo.
El camino de un exitoso no es lineal. Igual como un velero navega hacia un destino permitiendo alteraciones en su trayecto según el viento y las corrientes, el exitoso emprende su camino con metas claras, con un norte perfectamente señalado, pero a la vez se mantiene abierto a cambios, dependiendo de los retos que se le presenten en el camino, sin perder su rumbo.
Al exitoso no lo sorprenden los retos, ni se siente amenazado por ellos. Sabe que encontrará muchos desafíos en su camino y que no todos se pueden predecir. Como tal, los imprevistos no son una amenaza, son una manera más de aprender. Cuando reconoce algo que lo reta rápidamente busca soluciones. La labor de los exitosos es parecida a marchar por la selva, con machete en mano, abriéndose el camino hasta atravesarla para llegar a su destino.
Al profesional exitoso no le gusta perder. Independiente de si se comporta con compostura, o no, cuando pierde - no perder es tan importante como ganar. Cuando compite, lucha hasta el final, eliminando distracciones, manteniéndose motivado, enfocado y siempre buscando opciones para ganar.
Más que trabajar en equipo y “network”, los exitosos buscan conectar con otros seres humanos. Entienden que al conectar se crean posibilidades. A los exitosos los guía un interés genuino por aprender acerca de otras personas, y más, aprender de ellas, de su experiencia y conocimientos, muchas veces despreciados por otros. Es como si sintieran que al conocer mejor a otros se conocen mejor a sí mismos.