MI SELECCIÓN DE NOTICIAS
Noticias personalizadas, de acuerdo a sus temas de interés
Una actitud asertiva, presentarse con seguridad y comunicarse con propiedad incrementa las probabilidades de éxito de cualquier profesional. A la vez, en nuestro entorno cambiante, diverso y complejo, es inevitable no saberlo todo, y es sano reconocerlo, por lo que resulta imprescindible mantener una actitud de humildad frente a lo desconocido. El aprendizaje continuo es necesario para mantenerse útil y vigente como miembro de cualquier organización.
Es posible encontrar un equilibrio entre dos actitudes aparentemente opuestas. Actuar de manera asertiva y a la vez ser humilde frente a lo que no conoces, no son comportamientos mutuamente excluyentes. Te distinguen y diferencian como un profesional.
Existe un miedo generalizado frente a la admisión de una falta de conocimiento. Se cree - erróneamente - que responder “no sé”, o hacer una pregunta, son señales de debilidad, en contraposición a demostrar que todo sí se sabe. En la práctica, reconocer uno mismo sus puntos débiles es señal de seguridad en sí mismo. Toma coraje decir “no sé” y buscar ayuda, esto en su esencia es un comportamiento asertivo y una conducta que demuestra reales cualidades de liderazgo.
Buscando el origen de este miedo, descubrí que aquel que tiene una respuesta para todo, el comúnmente llamado sabelotodo, busca demostrar sabiduría y superioridad; en realidad está motivado por su miedo a no estar en absoluto control de una situación. Frente a un escenario donde se presenta algo que no sabe, el sabelotodo en lugar de verlo como una oportunidad para aprender, se siente amenazado y fuera de control. Esto representa una oportunidad perdida para crecer y desarrollar.
El mayor riesgo que enfrenta un sabelotodo es su aislamiento, que resulta de su actitud defensiva. Guiado por un falso sentido de autosuficiencia, busca imponer sus ideas y permanece cerrado al intercambio de ideas y opiniones con otros. Esto rompe con la regla cardenal de las relaciones humanas - escuchar para ser escuchado.
Si trabajas con una de esas personas que tiene una respuesta para todo, no te dejes intimidar por sus conocimientos “aparentemente” enciclopédicos. Es posible lograr objetivos sin estar al corriente de todo, con la humildad de estar dispuesto a crecer aprendiendo lo que no conoces. Un profesional solo se mantiene vigente cuando es consciente que le es imposible saberlo todo y que por lo tanto debe estar abierto a trabajar con otros, para formar un equipo que compense sus puntos débiles.
Para innovar es necesaria una cultura organizacional que apoye el aprendizaje continuo, que permita aprender mediante el sistema de prueba y error, trabajando en equipo, y tomando riesgos calculados. Dado que la motivación de un sabelotodo es el miedo a no estar en control, es muy posible que este individuo no esté abierto a tomar riesgos, por miedo a equivocarse. Es por esto que un profesional, en lugar de saberlo todo, necesita capacidad para analizar y aprender, y trabajar con otros.
Los mejores médicos estudian continuamente para aprender nuevas terapias y tratamientos. Piensa en qué médico prefieres que te trate o a un ser querido. ¿Aquel que cree que lo sabe todo y solo practica lo que aprendió en la universidad hace 30 años, o quien es consciente que es imposible saberlo todo y por lo tanto, de manera disciplinada continua estudiando y asistiendo a congresos para mantenerse actual, aun cuándo se graduó hace 30 años?
Yo sé quién prefiero como mi médico de cabecera. Buena semana.