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Cuando viajo por el mundo, intento pasar tiempo con mujeres líderes de diferentes organizaciones, industrias y ámbitos de la vida. En el tiempo que pasamos juntas, procuro conocer sus sueños y esperanzas. En esas conversaciones, escucho tanto el deseo de pensar en grande sobre el futuro, como la lucha por equilibrar los compromisos y las responsabilidades que recaen casi exclusivamente en las mujeres.
Las cifras son claras: el porcentaje de mujeres que participan en la fuerza laboral mundial está disminuyendo. Según datos de la Organización Internacional del Trabajo y del Banco Mundial, para 2019, tan solo el 47,292% de todas las mujeres mayores de 15 años participaron de manera activa en la fuerza laboral. Esto supone un descenso significativo respecto a 1990, cuando el 51,186% de las mujeres participaban en la población activa.
La COVID-19 parece haber acelerado esta preocupante tendencia. Según el Departamento Nacional de Estadística (DANE), durante el trimestre de marzo a mayo de 2020, considerado un periodo directamente afectado por el inicio de la cuarentena decretada por el gobierno colombiano, dos millones de mujeres perdieron su ocupación frente a las cifras registradas en el mismo periodo de 2019. Asimismo, para el trimestre de octubre a diciembre de 2020, la tasa de desempleo de las mujeres fue del 18,7%. En tan solo un año, las mujeres perdieron 1,4 millones de empleos, y en total, durante el 2020, se perdieron 2,44 millones entre hombres y mujeres. Esto significa que el 57% de los empleos que se perdieron eran ocupados por mujeres.
Es fácil desesperarse ante estos datos. Hace poco escribí sobre los pasos que podemos dar para recuperarnos del último año. Hoy quiero compartir tres historias que me hacen albergar la esperanza de que se puede alcanzar colectivamente la igualdad de géneros si trabajamos juntos.
Creciente apoyo institucional. En Colombia el Presidente Iván Duque ha sido un abanderado de la transformación digital y junto a MinTIC, el año pasado, desarrollaron el programa InspiraTIC que buscaba inspirar a los jóvenes y emprendedores para que se atrevieran a dar un paso hacia la transformación digital. De igual forma, existen diferentes esfuerzos desde el gobierno, el sector privado y la ONU para que más mujeres participen y se interesen en las áreas de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM por sus siglas en inglés) desde pequeñas y así logren obtener mejores oportunidades laborales disminuyendo la brecha de género.
Cambio de actitudes. En diciembre, tuve el placer de sentarme con Indra Nooyi, ex consejera delegada y presidenta de PepsiCo y miembro del consejo de administración de Amazon. Indra compartió la historia de su infancia en la que sus padres la ayudaron a vencer los estereotipos apoyándola con sus estudios e inclusive a que participara en una banda de rock aún cuando su familia era muy conservadora. Así logró ser parte del cambio en la sociedad. La historia de Indra habla de un punto más amplio: el cambio de actitudes puede cambiar la trayectoria de la vida de una mujer joven.
Ambición individual. En mi función de supervisión de los esfuerzos de capacitación y certificación de AWS, veo mujeres de todos los orígenes dar el valiente paso de aprender nuevas habilidades. Por ejemplo, en Colombia existen varias historias inspiradoras de niñas y mujeres que han transformado sus realidades a través de la computación en la nube. Este es el caso de dos estudiantes de la ciudad de Barranquilla, de 16 y 14 años de edad, que completaron las 12 rutas de aprendizaje del programa AWS Educate gracias a la alianza de su colegio con el SENA.
Asimismo, se destacan grandes casos de profesoras en Colombia que al certificarse en estos programas pudieron formar estudiantes en competencias de la computación en la nube. De esta forma, los estudiantes han logrado conseguir trabajo en reconocidas compañías sobresaliendo en su mercado laboral.
Revertir la cada vez menor participación de las mujeres en la fuerza laboral es un esfuerzo que requiere esfuerzo, inversión y colaboración todos los días del año. En el Mes de la Mujer, espero que estas historias ofrezcan una visión esperanzadora de un futuro que podamos lograr juntos.