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Hoy la humanidad afronta retos sin precedentes, ¿o no? Aunque esta coyuntura, con todas sus causas y consecuencias ha significado un replanteamiento en casi todas las dinámicas que hasta hace unos pocos meses teníamos arraigadas y fueron nuestra propia cotidianidad durante décadas, el ser humano se ha caracterizado por su tenacidad para encontrar, en medio de las crisis, nuevos retos y oportunidades que le permitan superarse. En el ámbito empresarial ocurre lo mismo.
La manera cómo se afronte un momento de dificultad marca el rumbo del directivo, del padre de familia, del hermano o del amigo, en fin, de la persona. Una crisis como la que vivimos puede convertirse en una dura pesadilla o, por el contrario, en un aliado para la vida que incentive nuevas motivaciones, no solo para salir adelante sino para determinar un nuevo y mejor destino para nosotros mismos y ojalá, para todos. Ya lo decía Albert Einstein: “Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricias”.
Sin embargo, descubrir las motivaciones propias no es un proceso fácil y su búsqueda puede traer frustraciones si los resultados no son inmediatos. Esta ha sido una situación frecuente e histórica. Miedo, tristeza y desolación fueron algunos de los sentimientos que expresó Cristóbal Colón sobre su tripulación en su diario, unos días antes del 12 de octubre de 1492. No obstante, su persistencia ante los días de mayor dificultad fue unos de los factores determinantes para que iniciara el proceso de transformación de toda una concepción del mundo, como se refiere al descubrimiento de América la historiadora Beatriz Pastor.
Y sí, seguramente estamos ante un momento sin precedentes. Las adversidades, en buena medida, han forjado nuestro mundo. Y si con visión estratégica afrontamos esta pandemia que nos exige un alto cuidado no solo en el aspecto físico, sino más importante aún, en el mental y emocional, saldremos adelante nosotros, nuestras familias y las organizaciones que lideramos. Vale la pena ir preparando los siguientes pasos y estos días de aislamiento son un buen momento para preguntarse: ¿cuáles y cómo serán esos nuevos caminos? ¿cómo podré generar valor en estas nuevas realidades que nos parecen inciertas hoy? El trazo de la ruta nos pertenece; como afirmó Umberto Eco: “para los filósofos, la ambigüedad es una debilidad; para los poetas, una virtud”.
Por lo anterior, es necesario que conozcamos y controlemos de la mejor forma el cúmulo de emociones y sentimientos que han emergido en estos meses; esa es parte fundamental del crecimiento personal en los nuevos tiempos. Algunos teóricos le llaman resiliencia a esa gestión que se podría resumir en obtener beneficios para la vida a partir de las situaciones adversas o experiencias negativas; ¡que no se nos escape esta oportunidad para demostrar nuestra fortaleza, para sacar nuestra casta!
Pero podemos también ayudarnos a hacer estos momentos más llevaderos, para nosotros, y para nuestros compañeros de encierro. Aprovechemos estos días para actividades diarias que pueden ser sencillas y gratas, como leer, conversar, oír o hacer música, pintar, cocinar, cantar, bailar, hacer yoga o algún deporte, reflexionar, escribir, meditar o disfrutar de alguna buena serie; y con todo esto contribuir a nuestra salud mental.
Finalmente, debemos ser conscientes de que en el presente y en el futuro inmediato, las empresas sólidas serán aquellas que acumulen riqueza intelectual y experiencia. Pero, solo serán verdaderamente valiosas las que logren compartir estos nuevos modelos de rendimiento con su entorno y con la sociedad misma. Y este mismo principio debe aplicar para nuestra propia vida que, seguramente es más positiva que lo que pensábamos antes de leer estas palabras.