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Históricamente y desde diferentes ángulos se ha expresado que Colombia tiene una vocación eminentemente agropecuaria y que tiene todo el potencial para convertirse en despensa mundial de alimentos pero ¿cómo podemos concebir lo anterior en un país donde se aprovecha apenas 10% del área productiva?
Hoy hay sembradas cerca de 5 millones de hectáreas y según el Ministerio de Agricultura se estima que son 21 millones de hectáreas las que están disponibles, dentro de las que se encuentran áreas no aprovechadas y otras que tradicionalmente han sido utilizadas sin atender criterios de vocación productiva.
Sin duda, el sector necesita un verdadero diagnóstico de los criterios productivos regionales que debe ir acompañado de puntos claves de competitividad, seguridad jurídica, efectividad de la política pública, cobertura de las herramientas, un mayor esfuerzo en los temas de planeación del sector y una mayor articulación de las entidades del Estado para la provisión de bienes públicos.
Para alcanzar la expansión de la agricultura es prioritario el incremento de la superficie cultivada y de la producción, así como la apertura de nuevos mercados. Esa es la tarea de grandes proporciones del Gobierno y privados que deben ofrecer incentivos apropiados a los agricultores y asegurar condiciones que les permitan responder a ellos.
Los sistemas productivos de este renglón se caracterizan por la baja tecnología, baja capacidad de inversión, baja capacidad de competir en el mercado y bajo grado de empresarismo.
En este sentido, el campo demanda una política pública de largo aliento que redunde en el aumento de la productividad y competitividad, por medio de instrumentos financieros, de asistencia técnica, de investigación y desarrollo tecnológico y de suscripción de protocolos que faciliten la admisibilidad de nuestros productos en los mercados internacionales.
Para avanzar en la tarea de ser proveedores de alimentos en el ámbito mundial, debemos clarificar e identificar qué productos pueden ser competitivos y cómo agregar valor. En ese aspecto juega un papel importante el cooperativismo y las alianzas público-privadas.