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El proyecto de subasta de espectro para las licencias de Internet móvil de alta velocidad 4G ha suscitado toda clase de comentarios; hay quienes celebran la decisión del Gobierno Nacional de permitir a los operadores que hoy no tienen espectro para servicios de última generación, acceder a este recurso, y hay quienes tienen reparos respecto del proceso.
El Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones debe garantizar condiciones que efectivamente promuevan la competencia y el ingreso de nuevos actores; por esta razón, compañías como la que represento han considerado inviable su participación en el proceso si no se presentan las siguientes condiciones como mínimo:
1. La cantidad de espectro reservado para los entrantes debe ser de al menos 40 MHz y no de 30 MHz como lo propone el Gobierno. Esto garantizará un treinta por ciento (30%) más de capacidad real y le permitirá al nuevo entrante ofrecer el mismo porcentaje adicional de capacidad (ancho de banda) a los clientes con el mismo o menor precio que los operadores establecidos. Esto, entre otras ventajas, acelerará la adopción de Internet en Micropymes y podremos estar 100% alineados con el plan Vive Digital.
2. La obligación de ofrecer roaming que se impone a los operadores establecidos debe aplicarse para voz, SMS y datos en condiciones económicamente viables y por un término de al menos 10 años. Esto garantizará el inicio de operaciones en un tiempo adecuado en beneficio de los usuarios, quienes tendrán más alternativas y, por ende, mejores precios.
3. El precio base debe ser razonable. Esto garantizará la pluralidad de oferentes, la puja y maximización en los ingresos para el Estado.
Sin duda el ingreso de un nuevo operador redefinirá no solo el sector de las telecomunicaciones si no todo el país. En efecto, como se trata de un sector transversal de la economía, una mayor diversidad y el aumento de la competencia les permitirá a las personas y empresas beneficiarse de nuevos y mejores servicios en favor de la productividad, la eficiencia y el desarrollo. Esto cobra especial relevancia ad portas de la entrada en vigencia del TLC con Estados Unidos y el resto de países con quienes Colombia quiere profundizar sus relaciones comerciales.
Si no se logra la entrada de al menos un nuevo operador, la consolidación del monopolio/duopolio sería inminente, en perjuicio de los usuarios y del desarrollo económico y social del país. Así lo evidencia un estudio realizado recientemente en México por la Oecd, que pone de presente las consecuencias nefastas para la economía de un país derivadas de la falta de competencia.
En Colombia existen varios antecedentes de licitaciones exitosas en las que se logró el ingreso de nuevos operadores:
a. En 1994 se logró el ingreso de la TMC al país. Para hacer atractivo el proceso, les fue otorgada una exclusividad que finalmente se extendió por cerca de 10 años, entre otros beneficios.
b. En 2003, se ordenó que los operadores establecidos no pudieran participar en la licitación de PCS, con lo cual ingresó un nuevo operador compuesto por dos empresas nacionales de telefonía fija.
c. En 2010 se fijó un precio base de la licitación que atrajo a dos operadores, situación que significó la realización de varias pujas al alza.
Considero que los colombianos merecen mayor variedad, calidad de productos y planes de telecomunicación con tecnología de punta, las mejores ofertas y precios accesibles. Esto solo se logra con mayor competencia.