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Existen dos tipos, la mastitis clínica y subclínica. La clínica se puede ver a simple vista y se caracteriza por anormalidades en la leche como escamas o grumos, la zona afectada puede estar caliente, inflamada y sensible. La subclínica no es visible, solo se detecta con pruebas especiales, la zona afectada luce bien y la leche tiene apariencia normal. Existe una gran incidencia de mastitis al momento del parto, o recién pasa éste, porque la vaca seis horas antes de que su ternero nazca, pierde unos tapones naturales en los pezones, y si está en un ambiente que no corresponde, es muy probable que se contaminen.
Esta enfermedad genera importantes pérdidas, si no se controla a tiempo, ya que atenta contra los protocolos de gestión de calidad, afectando la competitividad y productividad a nivel nacional e internacional. No solo afecta la calidad, sino la cantidad de leche producida.Muchas entidades investigan y realizan actividades para prevenir esta enfermedad en las vacas y garantizar una mejor leche. La educación y formación, en este caso, es fundamental para generar una cultura de calidad, en el país.
El Consejo Nacional de la Calidad de la Leche y Prevención de la Mastitis (Cnlm) es una organización técnico científica, con 15 años de fundación y actividad a nivel nacional, vinculando a toda la cadena láctea. Cuentan con 385.000 productores asociados, de los cuales 85%, tienen buenas prácticas en la rutina de ordeño, llegando a pérdidas inferiores a 2%. El Consejo también ha impulsado la normatividad de calidad, y el desarrollo de estándares, con toda la cadena; y aconseja al Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural.
Para prevenir y controlar la mastitis se debe tener un adecuado manejo antes, durante y después del ordeño, ya que esta enfermedad es consecuencia de malas prácticas. Antes del proceso, según los expertos, se debe tener una movilización tranquila, utilizar uniforme durante la rutina de ordeño, adecuar preparación, limpieza y desinfección del lugar, el personal y los utensilios utilizados.
Durante el ordeño se debe organizar un orden de entrada; identificar labores sucias y limpias; hacer un buen despunte, desechando los primeros cuatro chorros de leche para detectar anormalidades; realizar el presellado con solución desinfectante, secando bien y una correcta estimulación de la ubre. El ordeño debe durar solo cinco minutos, al finalizar se deben sellar los pezones con una solución desinfectante, y evitar que la vaca se eche. Después del ordeño se debe limpiar utensilios y lugar donde se realizó la actividad.
Cuando se presenta la enfermedad normalmente se sigue un protocolo estricto, durante tres o cinco días, con el uso de antibiótico para matar al agente causante de la infección, más un anti-inflamatorio, para aliviar los pezones y ubre de la vaca. A los 15 días se hace un control.
El hato debe estar controlado
El Cnlm, hace 5 años, implementó una herramienta, como parte de los proyectos de educación y formación, llamada “Hato controlado - hato seguro”.
Consiste en un sistema sencillo de gestión para el mejoramiento de la calidad en la producción de leche, buscando hacerla más rentable, así como prevenir y controlar la mastitis.
Esta herramienta se implementa en cada finca, a petición del ganadero y/o productor con el propósito de prevenir la enfermedad.
Las opiniones
René Alejandro Pérez
Veterinario - Presidente del CNLM
“95% de los casos de mastitis en las vacas tienen origen externo, los humanos no le dan garantías suficientes a los animales”.
Enrique Ortega
Zootecnista -Vpte. del CNLM
“la presencia de mastitis subclínica debe ser menor a 5%, contando número de pezones afectados, y de la clínica 0%”.