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El agua cumple un papel fundamental en el desarrollo de los cultivos, ya que se necesita de una cantidad adecuada para desarrollar un sistema de raíces fuertes que permitan crecer los productos de manera eficiente. Por tal motivo, es importante realizar un monitoreo constante de la humedad del suelo para determinar la irrigación o el drenaje de los cultivos.
Según el docente de Ingeniería Agronómica de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (Uptc), Germán Cely, “existen diferentes posibilidades para hacer monitoreo continuo de suelos mediante equipos como el tensiómetro y el FDR o sondas capacitivas, pero es necesario que los resultados sean validados en campo”.
El docente afirmó que el uso de la sonda capacitiva (FDR), mediante un sistema móvil de lectura de humedad de suelo, es capaz de medir el contenido volumétrico de agua en la tierra hasta en seis profundidades de la longitud de sonda y de forma continua. Con este tipo de herramienta es posible lograr un estatus de humedad óptimo para el suelo, ya que se mantiene el agua aplicada en las zonas de las raíces.
Por otra parte, como explicó el profesor de Ingeniería Agronómica de la Uptc, Hugo Castro, el campo se puede monitorear mediante el método organoléptico, el cual consiste en tomar una muestra de suelo con las manos y dependiendo de su comportamiento al comprimirlo, se puede determinar la cantidad de humedad que posee.
“Una propiedad importante del suelo es su capacidad de retención y almacenamiento de agua, respecto al aprovechamiento de la misma por las plantas”, aseguró Castro.
Otro elemento eficaz para el monitoreo de la humedad del suelo es el tensiómetro, ya que se hace más preciso saber cuándo se puede regar y cuánta agua se debe aplicar en el cultivo.
Las lecturas de tensión de esta herramienta van de cero a diez centibares (cb), lo cual indica que el suelo está saturado, es decir que presenta la máxima cantidad de agua que puede almacenar; de 10 a 20 centibaresquiere decir que la humedad está a disposición de la planta con un mínimo esfuerzo; de 30 a 60 cb es cuando el cultivo está asegurado con buena oxigenación de las raíces; y 70 cb o superior a esta cifra es cuando el cultivo se acerca al punto de marchitamiento, el cual se define como límite de humedad por debajo del cual el cultivo no puede extraer agua del suelo.
Según los expertos, el suelo debe tener una textura ideal y un contenido de materia orgánica que garantice la retención de agua para que se puedan desarrollar y obtener una buena producción de cultivos.
La importancia del agua en producción agrícola
A pesar de que el país cuenta con privilegiados recursos hídricos, la agricultura que se desarrolla bajo riego es una de las menos desarrolladas en el mundo, según un estudio realizado por el Grupo Interinstitucional de Investigación en suelos Sulfatados Ácidos Tropicales. Además, la inversión en la adecuación de tierras ha beneficiado a cerca de 700.000 hectáreas en los últimos 50 años.
Las opiniones
Germán Cely
Docente Ingeniería Agronómica Uptc
“existen diferentes tecnologías para medir la humedad de suelo, pero es recomendable que los agricultores validen los resultados en campo”.
Hugo Castro
Docente Ingeniería Agronómica Uptc
“El objetivo de cualquier agricultor es garantizar el contenido de humedad óptimo para el cultivo mejorando las condiciones”.