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Los sistemas de alerta temprana deberían asociarse a la vulnerabilidad de nuestros productores y la población de animales en las zonas, considerando impactos y tendencias, que permitan establecer estrategias preventivas o de mitigación de los desastres. Es claro que la producción animal juega un papel muy significativo como medio de subsistencia de un porcentaje importante de la población nacional, e influye directamente en la seguridad alimentaria del país. También es claro que el no enfrentar adecuadamente los desastres afecta los costos del proceso productivo, e influye directa o indirectamente en los mercados.
Nuestras empresas de producción animal son muy vulnerables a los desastres, afirmación fundamentada en la alta incapacidad del sector para enfrentar las contingencias y tensiones derivadas de las adversidades climáticas (inundaciones y sequías), terremotos, incendios, entre otros.
La población de productores y animales afectados por la sequía de Casanare en marzo de 2014 no contó con asistencia rápida, estrategias de protección de activos, ni serios procesos de restablecimiento de los entornos rurales y ambientales, a pesar de tratarse de una emergencia de lenta evolución.
Los animales también pueden predecir algunos desastres, sirviendo de centinelas o instrumentos para fortalecer las alertas tempranas. Ejemplo de lo anterior, algunos estudios lograron demostrar que los bovinos de Japón vieron alterado su bienestar, con evidencias serias de estrés, 4 días antes del gran terremoto y tsunami que afectó a dicho país en 2011. De igual manera se han realizado algunas investigaciones con otras especies que también sirven de predictores de desastres, por ejemplo gatos, perros, tiburones, abejas, etcétera.
Es necesario empezar a trabajar en la elaboración de matrices de identificación participativa de evaluaciones preliminares de cada desastre, con área de especialidad en medicina veterinaria y zootecnia, con establecimiento de prioridades en el proceso de atención de los desastres que afectan al campo. Los organismos y gremios productivos pecuarios deben establecer planes de preparación y atención, ajustados a la dinámica de cada especie, favoreciendo las políticas públicas relacionadas con el tema. Los puestos de mando unificados responsables de las emergencias deberían contar con representación clara de nuestro gremio productivo, personas con conocimiento específico, que ayuden en el diseño e implementación de planes mucho más pertinentes.
Lastimosamente, dándole la razón a Carl Sagan (astrónomo estadounidense), “vivimos en una sociedad profundamente dependiente de la ciencia y la tecnología, y en la que nadie sabe nada de estos temas…todo ello constituye una fórmula segura para el desastre”.
Santiago Henao
Decano de la Facultad de Medicina Veterinaria del CES