Presidente de Goldman Sachs, Lloyd Blankfein (1954), una de las llamadas superestrellas de Wall Street, tuvo una semana movida en Davos. Primero, su banco fue galardonado por el premio a la vergüenza de Greenpeace, por haber ocultado la crisis griega. Pero por otro lado, se atrevió a vaticinar que la crisis ya se había acabado y lo peor había. A esto se agrega que por estos días se le ve con una barba de profeta muy inusual en él.