En Chile funciona un sistema como Transmilenio, llamado Transantiago, una concesión en la que opera Alsacia, propiedad de inversionistas colombianos. Estos empresarios, que concentraron la firma en Chile, están tratando de salvarla mediante una reestructuración financiera pues los cambios que ha hecho el gobierno chileno en la concesión, la caída de la demanda y el vandalismo en ese sistema los puso en números rojos.
