Las personas que deben leer en braile requieren de una impresora accesible y que les permita traducir los textos de los videntes para ellos. Por eso, Robin Roncancio Gómez y Andrés Vanegas, estudiantes de la Universidad Nacional, crearon una impresora que hace las dos tareas y con un costo de $1,1 millones, lo que daría para transformar varios libros, mientras uno solo bajo este sistema puede costar hasta US$800.