Uno de los datos curiosos de las negociaciones con los camioneros tiene un toque místico y religioso. Quienes participaron de la mesa de diálogo notaron que bastó con la llegada de Monseñor Luis Augusto Castro (1942) para que todo cambiara. Los camioneros que se consideran muy católicos y creen en la intervención de la Iglesia más que en la palabra del Gobierno, apenas vieron la llegada del sacerdote cambiaron el tono de la negociación.
