La fuerte tormenta en Bogotá puso en apuros al personal de logística de la Biblioteca Luis Ángel Arango debido a que la energía de las salas de estudio tuvo que ser apagada por un tiempo. La planta incluso se quedó corta para toda la energía que necesitaban las instalaciones. Finalizado el aguacero, varios de los estudiantes y usuarios de la Biblioteca comenzaron a jugar con el granizo que cayó en la zona como si el invierno fuera en New York. (MS)