Las bodas se convirtieron en un negocio de cifras astronómicas que mueven cada vez más la economía. Fue US$893.000 el precio del vestido de boda de Victoria Swarovski (1993) y 500.000 los cristales que se usaron para fabricarlo. Y no podría ser de otra forma, pues la novia, heredera del imperio joyero Swarovski, se casó con el inversionista de capital Werner Mürz (1977) en un evento que duró tres días.