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Ecuador, Brasil y Argentina son lo países de América Latina que han generado un consumo dependiente por el monto de su deuda
El Banco Mundial presentó su Reporte de Deuda Internacional con corte a 2022, y en él un aspecto que llama la atención es que varios países de ingresos medios y bajos tienen en común el mismo acreedor, China.
De hecho, es posible hacer un top 20 de los países que acumulan la deuda más grande con ese país. El primer lugar lo ocupa Pakistán con US$26.600 millones de deuda, y en los puestos 11, 16 y 20 aparecen Ecuador, Brasil y Argentina, respectivamente, siendo los mayores deudores de China en Latinoamérica.
Vale destacar que Venezuela no aparece en la lista porque los países con problemas de presentación de informes o de precisión de datos son excluidos del análisis por parte del Banco Mundial, si se tuviera en cuenta probablemente estaría por encima de los países mencionados, pues para 2018, según el Centro de Estudios Diálogo Interamericano, Venezuela le debía a China más de US$50.000 millones. Para 2022, la deuda de Ecuador llegó a US$4.100 millones, la de Brasil a US$3.400 millones, y la de Argentina a US$2.900 millones.
El decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Uninpahu, Michael Ortegón, señaló que el financiamiento de China en América Latina tiene implicaciones significativas tales como una mayor influencia política en los países deudores, acceso preferencial a recursos naturales y la expansión de empresas chinas en la región.
“Esto podría desafiar la hegemonía regional de Estados Unidos. Sin embargo, las consecuencias reales dependen de varios factores, como la gestión de la deuda, las relaciones entre los países deudores y China, y el panorama geopolítico global en evolución. En conjunto, la preocupación internacional por la creciente deuda de los países en desarrollo con China refleja las posibles repercusiones en su soberanía, economía y seguridad”, explicó Ortegón.
Siguiendo con el top 20 de los países en los que se podría ver esa injerencia de China a través del financiamiento, Angola es el segundo país con mayor deuda acumulando US$21.000 millones. El estadístico jefe y director del Grupo de Gestión de Datos sobre el Desarrollo del Banco Mundial, Haishan Fu, indicó que, “el primer paso para evitar una crisis es tener una idea clara del desafío. Los datos claros pueden guiar los esfuerzos de reestructuración de la deuda para que el país vuelva a encaminarse hacia la estabilidad económica y el crecimiento”, en este sentido, en el caso de Angola, en marzo de 2024, el país logró negociar un pago mensual de deuda más bajo con el Banco de Desarrollo de China, CDB, su mayor acreedor de este país.
Aparte de los dos primeros lugares, lo adeudado por los demás países en el top es inferior a US$10.000 millones. Para completar el top 10 está Sri Lanka en tercer lugar con US$8.900 millones, Etiopía (US$6.800 millones), Kenia (US$ 6.700 millones, Bangladesh (US$6.100 millones), Zambia (US$6.100 millones), Laos (US$5.300 millones), Egipto ($ 5.200 millones) y Nigeria en el décimo lugar con US$4.300 millones.
Considerando que 80% de los préstamos chinos son a países con dificultades financieras, según AidData, hay riesgo de que estos estados no logren pagar estas deudas. Aunque en febrero de este año, Pakistán logró que China le extendiera el vencimiento de un préstamo de US$2.000 millones, Ortegón señala que puede que Pakistán no logre pagar su deuda.
“La estacionalidad del crecimiento pakistaní en los últimos cinco años, así como el aumento de la inflación podría generar insostenibilidad en el pago de la deuda, no solo a China si no a todos sus acreedores. El factor principal para el pago de la deuda es crear a tasas más altas que las de interés de la deuda, que, la tasa de interés real de la deuda de pakistán ronda 4,6% anual y la tasa de crecimiento para este año se proyecta que sea de 4%, según el Banco Mundial".
Uno de los temores de occidente es que China siga adquiriendo mayor poder geopolítico en los mercados emergentes, por ello Estados Unidos y la Unión Europea buscan de limitar la producción y exportación masiva de China, la cual le permite un superávit comercial con el que puede financiar a países de ingresos medios y bajos.
El decano Ortegón señala que en el caso del mayor deudor de China, Pakistán, si no llega a pagar su deuda se podría erosionar su soberanía, “se convierte en un estado cliente de China, lo que podría aumentar las tensiones regionales con India, que no ve con buenos ojos la injerencia china en la zona surasiática”, explicó.
Para evitar ese escenario, Ortegón señala que Pakistán tendría que disminuir su déficit primario aumentando impuestos, disminuyendo el gasto público, liquidar activos públicos, generar incentivos para el crecimiento con reformas estructurales como la liberalización de mercados sobresaturados, de tal manera que la presión sobre la deuda disminuya.