MI SELECCIÓN DE NOTICIAS
Noticias personalizadas, de acuerdo a sus temas de interés
Bogotá tiene 40% de la participación en las compras de ropa usada, seguido de Medellín con 23%
La pandemia ha cambiado el comportamiento de los consumidores de muchas formas y la moda no ha sido la excepción. Aunque la tendencia venía en crecimiento, la compra y venta de ropa usada se ha puesto en auge desde el inicio de la pandemia. Empresas como GoTrendier, por ejemplo, han visto como el número de compras a través de su página web se multiplicó por tres en 2020 y solo hace falta ver cómo ha aumentado el número de emprendimientos por Instagram que se dedican a este negocio.
Y es que en una crisis económica los consumidores buscan ahorrarse unos pesos en cada compra y, según cifras de GoTrendier, comprando ropa usada los usuarios pueden ahorrar hasta $1,6 millones al año.
"2020 en términos de ahorro, fue bueno para las colombianas, ya que economizaron un 114% al comprar ropa de segunda mano, pues pasaron de pagar $4 millones en tiendas premium a lo largo del año, a $2,4 millones en lugares de moda sostenible”, dijo Ana Jiménez, country manager de la compañía en Colombia.
Este mercado no solo le brinda ciertos beneficios a los consumidores, sino que, además, puede ser una fuente de ingresos extra para muchas personas.
"Hemos podido ser una fuente de ingresos extra o la única fuente de ingresos en muchos casos para mujeres que habían perdido su empleo durante la pandemia y simplemente con esa ropa que ya no utilizan, y que está en buen estado, han podido generar ingreso", dijo Jiménez.
Si bien comprar ropa usada genera ahorros para los consumidores y es una fuente de ingresos extra para los vendedores, lo cierto es que uno de los mayores beneficios es que apoya el cuidado del medio ambiente.
"El principal impacto ecológico de una prenda se genera durante su producción, por eso debemos evitar siempre tirar un atuendo en buen estado a la basura, ya que en el proceso de destrucción se sigue contaminando”, dijo Jiménez.
De hecho, la industria de la moda es una de las más contaminantes. Según cifras de la ONU, el rubro de textiles es responsable del 10% de las emisiones globales de carbono, cifra que es mayor que las emisiones de los sectores de transporte marítimo y aéreo juntos.
Así, una razón adicional por la que algunos consumidores prefieren comprar este tipo de prendas es porque de esta forma generan un menor impacto ambiental.
"Para las personas eso es súper satisfactorio. La gente dice: hice algo por el medio ambiente y me llevo una prenda en muy buen estado, a muy buen precio. Me voy feliz", dijo Catalina Ortiz, fundadora del emprendimiento MUD.
Esta tendencia de consumo viene creciendo en el país y tanto Ortiz como Jiménez esperan que el crecimiento sea exponencial en los próximos años.
"La tendencia se va a quedar. Aquí en Colombia ha crecido mucho, se nota solo al ver la cantidad de cuentas de Instagram de ropa usada que hay ahora. El mercado se llenó y yo creo que la gente con la pandemia se volvió más consciente del impacto al medio ambiente", dijo Ortiz.
Cabe resaltar que, según estadísticas de GoTrendier, por ciudades, Bogotá ocupa el 40% de las compras de ropa usada, seguido de Medellín con un 23%, Barranquilla con 22% y Cali y Bucaramanga con un 15%.