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Para los habitantes de grandes o medianas ciudades, el solo hecho de salir a hacer una ‘diligencia’, como la de pagar los servicios públicos o la de hacer un simple mercado, se ha convertido en una tarea difícil, pues entre el caos de la ciudad y los quehaceres del día a día, el tiempo libre se ha reducido al mínimo.
Por esta razón, comprar en línea se ha ido convirtiendo en una necesidad. En Colombia, por ejemplo, las compras a través de herramientas digitales cada vez ganan más terreno. Según datos del Tercer Estudio de Transacciones no Presenciales realizado por la Cámara Colombiana de Comercio Electrónico (Ccce), en 2015 se realizaron en el país 49 millones de transacciones a través plataformas conectas a internet. Eso es 64% más que en 2014, con un valor superior a US$16.300 millones.
Además de estas cifras que demuestran una clara madurez del sector, hay grandes innovaciones en la forma de acceder a los productos y servicios. Si bien desde hace prácticamente dos décadas los usuarios han podido adquirir productos en línea, la experiencia no había cambiado mucho desde los 90’s, cuando Amazon implementó su modelo de carrito online y Glance Views para visualizar las especificaciones al detalle de un producto. Hoy en día, hay varias plataformas que se han originado para transformar el comercio y simplificar la vida de los consumidores. Entre estas está Rappi.
Rappi nace porque ve la necesidad de transformar la dinámica de compras en las grandes ciudades y, de manera disruptiva, ofrece un ecosistema que garantiza multi-verticalidad de soluciones, reemplazando aplicaciones y proveyendo servicios. Uno de los más relevantes es la posibilidad de hacer mercado desde la aplicación, donde el usuario puede encontrar cerca de 30.000 productos y vivir una experiencia de compras, similar a la de las grandes cadenas.
Esta nueva dinámica de comercio, que más que cambiar los hábitos de las personas se acomoda a las nuevas necesidades, le permite a la gente ahorrar tiempo y usarlo en actividades que le generen mayor valor, pues el hecho de ser un servicio online no implica el aumento en el precio sobre lo que se espera adquirir. De hecho, en nuestro portal y aplicación, se garantizan los mismos precios con los mismos descuentos que se encuentran en las cadenas grandes de mercado.
Además, este servicio ofrece beneficios como los de poner a disposición del usuario, un personal shopper que es quien se encarga de escoger los productos de calidad, de acuerdo a las especificaciones de cada persona, y el de tener la posibilidad de contar con un servicio de domicilio gratis al permitir hacer el mercado de manera programada.
El comercio y nuestros aliados también tienen la oportunidad de exponer sus productos en las góndolas de Rappi y ofrecer sus innovaciones y promociones, a la vez que seguimos brindando oportunidades de ingresos a nuestros rappitenderos.
De la mano del consumidor, herramientas como Rappi han logrado convertirse en ese facilitador de experiencias para sus usuarios. Somos felices de haber pasado de ser una plataforma a convertirnos en mucho más que eso, pues me gusta pensar que hoy somos una red que ofrece tiempo, confianza y soluciones prácticas a cualquier hora del día y en cualquier lugar.
Aunque la tecnología juega un papel crucial, muchos consumidores colombianos continúan valorando la experiencia de compra tradicional.