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Se busca incentivar la transición a economías lícitas con incentivos a caficultores para la renovación de cultivos y mejoras técnicas
Tras los Acuerdos de Paz que logró el gobierno colombiano con la guerrilla de las Farc, uno de los temas sobre la mesa fue, y sigue siendo, el reemplazo de los cultivos ilícitos de coca (fuente de financiación del extinto grupo al margen de la ley) por otros que le aporten a la economía de las regiones más afectadas por el conflicto armado más representativo de los últimos 60 años.
Uno de los proyectos que más resultados ha dado en la transición de las microeconomías ilícitas por otras legales ha sido la sustitución de los cultivos de la hoja de coca para el procesamiento y transformación en sustancia psicoactiva por el café, producto insignia junto con el petróleo y el aguacate de la economía colombiana; tal es el ejemplo de Miranda, Cauca.
Los cultivos de café del norte del departamento han sido la alternativa para 200 familias campesinas e indígenas que encontraron la manera de subsistir por medio de un producto legal y que ha llegado hasta Niza, en Francia. El auge de esta nueva propuesta se ha dado principalmente en Monterredondo, primera vereda que se convirtió en un espacio de reincorporación y capacitación para excombatientes.
Ahora bien, lo particular de estos cultivos es que, mientras en otras zonas cafeteras de Colombia como el Eje Cafetero, Huila o Tolima se produce el grano en monocultivos de una sola variedad en grandes extensiones de tierra, el café del Cauca es más diverso en tanto que los pisos térmicos, la cercanía con los nevados y los vientos cálidos le dan al grano una particularidad que resalta.
Por otro lado, el Gobierno de Gustavo Petro ha sido el principal abanderado de la sustitución de cultivos ilícitos a economías legales que permitan el crecimiento de las regiones que históricamente han tenido que subsistir bajo las condiciones impuestas por los grupos al margen de la ley. Jhenifer Mojica, ministra de Agricultura, presentó el 14 de septiembre un programa para impulsar la renovación de cafetales que contará con un incentivo de capitalización rural del Gobierno. Estas ayudas buscan que los pequeños productores cuenten con los insumos necesarios y la zona gane en competitividad.
Este incentivo es de $35.000 millones y lo que se pretende con ello es que los pequeños productores se afiancen en competencias como el mejoramiento de suelos, producción y transformación del grano y se mejore el servicio de riego y drenaje.
Al respecto, el gerente de la Federación de Cafeteros, Germán Bahamón celebró el anuncio del ministerio de Agricultura porque este fortalecerá la renovación de los cafetales, "esta es una gran noticia para la caficultura colombiana (...) este programa es un alivio para los cafeteros para que puedan seguir renovando sus cafetales".
Así mismo, el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, explicó que dentro de las prioridades de este gabinete está el sector cafetero, ya que este es el principal producto no minero que exporta el país. Así mismo, afirmó que se debe estimular la renovación de los cafetales y los créditos a los caficultores, "con esto queremos llegar más fuerte a las bases cafeteras, de la mano del ministerio de Agricultura. Todo con el fin de combatir el gota a gota, con microcréditos”.
Aunque la tecnología juega un papel crucial, muchos consumidores colombianos continúan valorando la experiencia de compra tradicional.