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En el país no hay regulación sobre el tema y sus efectos nocivos. Urgen regularizarlo, a pesar de que empresas que los hacen dicen otra cosa
El vapeo en Colombia es una situación que tiene a las autoridades en máxima alerta. Y es que en el país, la venta y publicidad de Sistemas Electrónicos de Administración de Nicotina, conocidos como Sean, no está regulada y cada vez es más común y fácil que menores de edad los adquieran.
Hay muchos estudios relacionados con el tema, y aunque no hay una evidencia científica concluyente ciento por ciento, los expertos en salud coinciden en asegurar que sus efectos nocivos son altos, muy altos. Las voces de los médicos que advierten de sus peligros crecen como espuma.
“De hecho, las nuevas tendencias de consumo de nicotina y otras sustancias, potenciadas con el uso de cigarrillos electrónicos y vapeadores en el mercado mundial, exigen la pronta actualización y adecuación de nuestro sistema jurídico a estos dispositivos, de tal forma que se puedan brindar garantías de protección al derecho a la salud de los consumidores activos y pasivos, en especial de los menores de edad. Una normativa que urge en Colombia. Para el Ministerio de Salud, los cigarrillos electrónicos no sirven para dejar de fumar tabaco tradicional y además, no es cierto que sean más seguros ya que pueden causar adicción y aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares”, comentó en su momento el Senador José David Name.
Name radicó, junto a la senadora Norma Hurtado, el proyecto de ley 01 de 2022, en el que se seguirá insistiendo en la actualización y modificación de la Ley 1335 de 2009, con el fin de adecuar el uso de determinados dispositivos a las nuevas realidades que han surgido desde su expedición.
Datos cercanos y actualizados de su consumo en Colombia no es que haya muchos, se basan, sobre todo, en el tabaco tradicional. Pero según la Encuesta de Calidad de Vida, del Dane, en el país el porcentaje de fumadores activos bajó considerablemente entre 2016 y 2021, pasando de un 8.3 % al 5.6 %, representados en cerca de un millón menos de consumidores asiduos de tabaco.
Este resultado, aunque alarmante, es importante si se compara con la medición hecha a otros países como Argentina, donde el 20 % de la población es fumadora activa. Chile, arrojó ese estudio del Departamento Nacional de Estadística, es uno de los países que más consume tabaco en el mundo.
Pero en relación con el vapeo, Colombia está entre los países de América Latina donde más se realiza esta práctica con más de 300 mil consumidores, después de México con un millón y de Brasil con 375 mil usuarios, datos, nuevamente, de hace un par de años. En este orden de ideas, desde 2018 la población que vapea en Colombia ha aumentado en un 13%, pasando de 290.000 a más 315.000 4 años.
Aunque, como todos los temas en este tipo de discusiones, hay empresas metidas en el negocio de miles y miles de millones de que dicen que el vapeo no es tan perjudicial como fumar.
“Los productos que reducen el daño, como los vapeadores, no están exentos de riesgos, pero son mucho más seguros que fumar cigarrillos tradicionales. Casi todos los daños del tabaco se deben a los miles de productos químicos tóxicos y carcinógenos (sustancias químicas que provocan cáncer) procedentes de la combustión del tabaco, la mayoría de los cuales están ausentes en las alternativas de riesgo reducido”, comenta un estudio de la empresa de cigarrillos electrónicos Relx International.
“Colombia debe regular la industria del vapeo para proteger a los menores de edad, asegurar que se eduque a la población el uso e impactos de los vaporizadores, y al mismo tiempo, se garantice un producto de calidad y una alternativa segura y menos nociva para aquellos adultos que buscan dejar de fumar cigarrillo tradicional”, agrega el estudio.
“En los últimos años, el mercado de los productos no combustibles que contienen o no nicotina, comúnmente llamados vaporizadores, ha experimentado un auténtico despegue, ofreciendo a los fumadores de tabaco tradicional una alternativa real y menos nociva para su salud. Este ritmo de crecimiento acelerado se ha producido gracias a los avances tecnológicos y a la disponibilidad de alternativas más seguras y fiables al tabaco tradicional. A nivel global millones de fumadores adultos están haciendo esta transición y el Estado y la sociedad deben apoyar este proceso”, cuenta, precisamente, Andrés Ucrós Maldonado, director para España y Latinoamérica de asuntos externos de Relx International.
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