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Es fundamental ahondar en el modelo de comercialización digital de energía eléctrica, que ya opera en varias empresas. hay que insistir, además, en la digitalización para optimizar los consumos recurrentes
Piense en un consumo recurrente, cualquiera que sea, puede ser el uso de los datos de su celular, el gasto de combustible en su vehículo, las compras en su tarjeta de crédito o, si se quiere, los víveres de su casa. Ahora, pregúntese si ese consumo que se le vino a la cabeza es susceptible de optimizarse con tecnología o, mejor dicho, si aquel hábito en el que pensó lo seguiría haciendo sin la mediación de las herramientas digitales.
Seguramente, su respuesta, indistintamente de la actividad que haya recordado, confirme que de una u otra forma depende de la tecnología para ejercerla adecuadamente. En el caso de los datos del celular, por ejemplo, podría ser la alerta que se emite cuando se ha alcanzado el límite de navegación o las sugerencias a usar ciertas aplicaciones con wifi; y en cuanto al gasto de combustible de los vehículos, podría tratarse de los motores modernos que se apagan automáticamente en los trancones y los semáforos.
¿A qué viene esta reflexión? Pues bien, si se tiene en cuenta que hace unas semanas la Organización Meteorológica Mundial (OMM) señaló que existe un 98% de probabilidad de que durante el próximo quinquenio el planeta experimente el clima más cálido en su historia, con un aumento cercano al 1,5º C, realizar un consumo inteligente, además de ser altamente conveniente para las finanzas personales, es una práctica esencial para la conservación de los diferentes recursos naturales.
Como si fuera poco, los países que están en la franja tropical del océano Pacífico, como Colombia, enfrentarán en pocos meses el ‘Fenómeno del Niño’, un evento climático que, en la práctica, incide en la disminución de los embalses y del patrimonio hídrico disponible para actividades productivas, entre otras afectaciones.
De ahí, precisamente, la importancia de insistir en la digitalización para optimizar los consumos recurrentes, sobre todo, en aquellos sectores esenciales, como los de servicios públicos, que tienden a encarecerse e, incluso, racionarse conforme se disminuye la disponibilidad de los recursos.
Por esta razón, vale la pena citar el modelo de comercialización digital de energía eléctrica -que cada vez se posiciona más en el mercado colombiano-, el cual, por medio de medidores inteligentes, inteligencia artificial (AI) y machine learning, le indica al usuario el comportamiento de su demanda eléctrica en tiempo real, de manera que este pueda identificar ineficiencias y tomar acciones oportunas para disminuir su consumo.
Tal modelo, que es el de la comercializadora digital de energía, Bia, y que ya opera en comercios como: Pepe Ganga, KFC, Farmatodo, Coca-Cola Femsa, Frisby, Andrés Carne de Res y Subway, entre muchos otros, es capaz de generar ahorros de hasta el 15% en los consumos mensuales, de manera que los comercios, además de pagar menos en sus facturas, hagan un uso más eficiente de los recursos naturales.
Y sí, la relación con el uso de recursos naturales es así de literal como se señala, pues, no hay que olvidar que, de acuerdo con XM, el operador del Sistema Interconectado y el administrador del Mercado de Energía Mayorista de Colombia, entre enero y el 10 de septiembre del 2022 más del 84% de la energía generada provino de fuentes renovables, principalmente de hidroeléctricas.
Así las cosas, lo que hace unos años era concebido como un lujo o un aspecto accesorio, es hoy una necesidad que cada vez se hace más urgente. Digitalizar los hábitos de consumo, en cualquier ámbito que se piense, es una inversión; una inversión en su bolsillo y, en especial, en el hogar transversal que todos habitamos: la Tierra.
Si se cuenta con un buen presupuesto, hay figuras que cuestan $11 o $12 millones, y los más económicos del mercado llegan a $30.000 o $24.000
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