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En un informe de ThredUp, el mercado mundial de ropa usada tuvo un crecimiento de 18%, alcanzando la cifra de US$197.000 millones
En la actualidad, comprar ropa de segunda mano se ha convertido en una tendencia cada vez más popular entre quienes buscan no solo ahorrar dinero, sino también contribuir al cuidado del medio ambiente y poner su granito de arena para el cuidado del planeta, tendencia muy fuerte en los jóvenes. De acuerdo con un informe reciente de ThredUp, el mercado mundial de ropa usada experimentó un crecimiento de 18%, alcanzando la impresionante cifra de US$197.000 millones, de acuerdo con la medición que se realizó entre enero de 2023 y mayo de 2024.
Este auge no se limita a los países desarrollados; en Colombia, el fenómeno ha tenido un impacto significativo, con cifras de la tienda virtual GoTrendier que indican que los colombianos lograron ahorros de hasta un 50% al optar por prendas de segunda mano, lo que representa aproximadamente $39.748 millones.
El ahorro económico es, sin duda, una de las ventajas más evidentes de comprar ropa de segunda mano. Las prendas usadas suelen tener precios considerablemente más bajos que las nuevas y es común encontrar descuentos que pueden llegar hasta el 80%. Esta situación permite a los consumidores acceder a una amplia variedad de estilos y marcas a precios accesibles, adaptándose a todos los presupuestos.
“La ropa usada no solo ayuda al bolsillo, sino que también fomenta un consumo consciente y responsable”, destaca el informe de GoTrendier. Además de los ahorros significativos, la ropa de segunda mano ofrece la oportunidad de descubrir prendas únicas, incluidas piezas vintage y ropa de diseñadores reconocidos que no están disponibles en las tiendas convencionales. Esta exclusividad ha convertido a las compras de segunda mano en una experiencia emocionante y valiosa para muchos colombianos.
En Colombia, algunas de las marcas más demandadas en el mercado de segunda mano incluyen Zara, H&M, Studio F y Stradivarius. Los consumidores pueden adquirir estas prendas a precios mucho más bajos que los de las tiendas físicas, lo que impulsa aún más la popularidad de esta práctica. La creciente aceptación de la moda de segunda mano ha llevado a un cambio cultural en el país, donde cada vez más personas consideran estas opciones como una alternativa viable y atractiva.
La creciente tendencia de comprar ropa de segunda mano también tiene importantes implicaciones ambientales. La moda rápida, o “fast fashion”, es conocida por su producción masiva y su alta rotación, lo que la convierte en una de las principales fuentes de contaminación y desperdicio en el mundo. “Al reducir la demanda de nuevas prendas mediante la circularidad estamos contribuyendo a contrarrestar los efectos negativos de la moda y el desperdicio textil”, afirma Ana Jiménez, Country Manager de GoTrendier. Este enfoque no solo ayuda a mitigar el impacto ambiental de la industria de la moda, sino que también promueve un estilo de vida más sostenible.
Con el auge de plataformas como GoTrendier, el futuro de la moda parece estar cada vez más ligado a la economía circular y al consumo consciente, es más, ya dejó de considerarse como ‘mal visto’, pues se encuentran muy buenas prendas. Comprar la ropa de segunda mano no solo da la oportunidad de hacer compras que benefician al consumidor sino también es una tendencia que agarra mucha fuerza.
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Si se cuenta con un buen presupuesto, hay figuras que cuestan $11 o $12 millones, y los más económicos del mercado llegan a $30.000 o $24.000