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Se suele viajar a lugares en los que se pueda disfrutar de los alumbrados y que ofrezcan un clima diferente al acostumbrado
Se acerca la temporada de vacaciones de Navidad y fin de año, y con ella la oportunidad para las personas de viajar fuera de sus lugares de residencia para desconectarse del mundo laboral y académico, y “recargar las baterías” para afrontar un nuevo año. Sin importar si el destino es en Colombia o en el extranjero, las personas suelen escoger los destinos teniendo en cuenta los precios, las comodidades que ofrecen los lugares de hospedaje y las actividades que se pueden hacer en determinado lugar. Esta temporada es una de las más ajetreadas para hoteles, lugares turísticos y terminales aéreas y terrestres por la cantidad de viajeros que se transportan en esta época.
Dicho esto, los destinos nacionales predilectos en la temporada de diciembre son aquellos que ofrecen una experiencia cálida en cuanto al ambiente navideño y cuentan con otras actividades que puedan realizarse en un número reducido de días. En Colombia, un ejemplo claro de estas características es la ruta de las luces del departamento de Boyacá.
La ruta puede realizarse en un par de noches y cuenta con visitas a municipios del departamento como Corrales, Duitama, Tunja, Villa de Leyva y Paipa. Este recorrido es uno de los predilectos por los habitantes del interior del país que no quieren cambiar el clima en el que viven, pero que añoran vivir las festividades llenas de luces, color y la hospitalidad que caracteriza a los boyacenses.
Un caso similar ocurre en la ciudad de la eterna primavera, Medellín. Su tradicional alumbrado navideño es una fuente importante de impulso al turismo en la ciudad por el gran número de lugares que se pueden visitar para disfrutar de las luces de navidad. Datos de la administración local de la capital de Antioquia demostraron que durante la temporada pasada, 7.500.000 personas visitaron Medellín y dejaron ganancias superiores a US$39,5 millones. Así mismo, otras de las bondades que ofrece la capital de la montaña es la cercanía con otros atractivos turísticos como la piedra del Peñol en Guatapé, el cerro Nutibara, Santa Fe de Antioquia y Jardín, pueblos característicos por su arquitectura colonial.
Colombia históricamente ha sido catalogado como uno de los países más alegres, y prueba de ello son los festivales y carnavales que se celebran por esta época; tal es el caso de la Feria de Cali. La Feria es uno de los eventos más esperados por los caleños por la rumba, la alegría y la variedad gastronómica que ofrece la capital de Valle del Cauca; todo al ritmo de la salsa. Según cifras de la alcaldía de la ciudad, el año pasado más de 80.000 personas visitaron la ciudad durante la Feria, de los cuales 19.000 correspondieron a turistas extranjeros.
El departamento de Quindío es, además, una de las opciones preferidas, donde el ecoturismo y sus parques temáticos cumplen un rol fundamental, lo que lo hace un destino obligado. De la misma manera, y aunque Pasto no es una ciudad que se haya caracterizado por el turismo, cuando llega el Carnaval de Blancos y Negros (finales de diciembre e inicios de enero) la situación cambia y la capital de Nariño abre sus puertas para recibir a miles de turistas nacionales y extranjeros.
Pero están también los que prefieren viajar por fuera del país para pasar las festividades de fin de año y dos ciudades estadounidenses son las predilectas: Nueva York y Miami. La Gran Manzana prepara sus pistas de patinaje y adorna los árboles para que visitantes de todo el mundo se enamoren de la ciudad. Miami, en cambio, ofrece un clima no tan frío durante estas fechas; ideal para hacer compras en los megaoutlets y visitar la zona manglárica del estado de Florida.
Finalmente, según estimaciones de LifeMiles de Avianca, los turistas que más viajan durante esta temporada y que usan las “millas” son personas entre 37 y 50 años, en su mayoría hombres (59%) frente a 41% de mujeres.