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Según un estudio de la Red Ilumno, para 2018 tan solo 10% de los estudiantes en Colombia se encontraban estudiando con la modalidad virtual
La pandemia sin duda alguna frenó muchos aspectos de la economía y pocos sectores se vieron beneficiados por el covid-19. Sin embargo, para la educación virtual fue un despertar. Las empresas que ya vendía softwares de aprendizaje online y academias especializadas en esta modalidad vieron el potencial que podía llegar a tener.
Según un estudio de la Red Ilumno, para 2018 tan solo 10% de los estudiantes en Colombia se encontraban estudiando con la modalidad virtual, lo que representaba aproximadamente un total de 200.000 estudiantes.
No obstante, para la pandemia aumentaron a 70%. Por ejemplo, los estudiantes activos de Open English adultos aumentaron 144% desde enero de 2020 a enero de 2022.
Dicho repunte en ventas se debió a que la pandemia tuvo un efecto positivo en esta industria, pues las personas decidieron encontrar la manera de ocupar su tiempo en el aprendizaje de un segundo idioma y otras áreas.
Aprender en línea tiene grandes ventajas para los niños y sus padres, pues este modelo trae flexibilidad de horarios, integración de recursos interactivos divertidos, seguridad al estudiar desde casa, posibilidad de monitorear el progreso de aprendizaje de los estudiantes por parte de sus padres, conocer a estudiantes de otras culturas, y planes de estudio personalizados, según el nivel de aprendizaje, entre otros.
Aun así, la modalidad virtual tiene varios retos. “Nosotros estamos trabajando en mejorar el acceso en regiones con poca conectividad a internet. Por ejemplo, en D2L, una de las grandes ventajas de nuestro software es que permite acceder a contenido offline, es decir, los estudiantes pueden acceder sin conexión y en el momento en el que puedan hacerlo, la plataforma se actualiza”, explicó Paola Zapata, vocera de D2L una corporación que vende programas de aprendizaje virtuales.
El segundo reto responde a la adaptabilidad según la forma de aprendizaje de cada estudiante, en donde, gracias a la inteligencia artificial, el programa tendrá la capacidad de reforzar en las debilidades del estudiante.
Del total de encuestados, 67% aseguraron haber realizado pagos regulares por un suscripción o servicio de deporte o fitness en los últimos dos años
Si se cuenta con un buen presupuesto, hay figuras que cuestan $11 o $12 millones, y los más económicos del mercado llegan a $30.000 o $24.000
