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Las tiendas de barrio encuentran en la ciudad de Medellín su fortín

viernes, 25 de abril de 2014
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Germán Corcho Tróchez

La investigación indica que en la capital paisa, las personas que en 2010 elegían a una tienda representaban 27% del total de encuestadas, mientras que el año pasado se incrementaron a 51%. De las otras capitales, la única en la que también los tenderos elevaron su penetración fue Bogotá: de 17% subió a 23%. 

Juan Ernesto Parra, director nacional del programa Fenaltiendas, de Fenalco, asegura que los establecimientos de ventas al menudeo es un fenómenos muy arraigado en Medellín. 

“Los estratos uno, dos y tres dependen de la tienda por la capacidad de desembolso, y en esta ciudad es un fenómeno muy arraigado”, explica Parra. Y agrega que en el país se han identificado a tres clases de tenderos, de los cuales 70% es tradicional porque tienen un negocio estable y no “sienten la necesidad” de buscar cambios.

Otro 20% es denominado empírico, que constantemente prueban distintos modelos porque no ha encontrado un rendimiento ideal. Y los ilustrados, 12%, quienes son en gran medida nuevas generaciones que buscan apoyo, capacitación e implementar tecnologías en su establecimiento. 

En Cali y Barranquilla la tendencia no tuvo el mismo comportamiento. De acuerdo con el análisis de Brandstrat, en la capital vallecaucana las tiendas registraron el mayor descenso, al caer de 29% a 3%. Y en la principal ciudad del Caribe colombiano perdieron tres puntos, ya que 27% de los encuestados prefería hace tres años mercar en una tienda. Hoy son 24%.

Almacenes de barrio, en alza 
Los resultados de la investigación muestran una tendencia acorde al actual desarrollo económico nacional, cuyo principal indicador es  un mayor poder de compra de la clase media. Eso ha derivado, como ha informado el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas, Dane, en que parte de la población que era estratos tres y cuatro, ya es cinco o hasta seis. 

Coincide además con que los supermercados de cadena son en su mayoría frecuentados por clientes con edades entre 35 y 45 años, el grupo que más concentra a la generación que logró mejorar su nivel de vida,  según cifras del Gobierno. “El grueso de la clientela en centros comerciales son los adultos-jóvenes”, lo confirma Carlos  Betancourt, presidente Asociación de Centros Comerciales de Colombia (Acecolombia). 

Los clientes de supermercados de cadena en los estratos bajos son más hoy por igual. En 2010, el estrato uno marcaba 10% en la preferencia por hacer compras en dichos establecimientos, y en 2013 ya eran 14%. Y en el dos, varió de 23% a 27%. De hecho, fueron los únicos en mostrar una mejoría tan evidente.

Según la investigación de Brandstrat, los supermercados de barrio también han ganado espacio en la preferencia de los colombianos. Se trata de los pequeños formatos que solo tienen un punto de venta o máximo dos o tres sucursales, y están relacionados con negocios familiares. “Hoy el mercado del menudeo ha tomado mucha fuerza, y lo demuestran esos formatos pequeños, de 800 a 900 metros cuadrados”, sostiene  Betancourt. “Por dos o cuatro cosas no se va a un hipermercado; la gente busca espacios así”.  

En el Distrito Capital, por ejemplo, quienes elegían en 2010 a un supermercado de barrio representaban 50% del total de encuestadas entonces, mientras que el año pasado aumentaron a 56%. En Medellín, se mantuvieron en 24%; en Cali decrecieron de 23% a 15%, y en Barranquilla solo se incrementaron de 3% a 6%. 

“En Barranquilla no es que pierdan importancia, sino que hoy crece más rápido en Bogotá o Cali. Es un esquema que viene creciendo de manera sostenida y a la vuelta de dos o tres años será mejor, con seguridad”, afirmó el presidente de Acecolombia.

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