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Aerolíneas de Asia ya implementaron la opción.
Hace un par de meses, cuando volaba desde Split, en la costa dálmata al sur de Croacia, hasta Moscú, en Rusia. A mi lado viajaban dos hombres rusos, uno rondaba los 40 años, era alto, macizo; el otro era un señor mayor de alrededor de 60, normalmente soy de los viajeros que les gusta entablar conversaciones en los vuelos, pero en esta ocasión como el idioma no nos permitió una interacción fluida, decidí echarme a dormir un poco, mientras llegaba a mi destino. Al despertar me di cuenta de que uno de mis acompañantes ocasionales, había tomado mi refrigerio que entregaron mientras dormía, y claramente no me lo entregó. En ese momento comencé a preguntarme, ¿por qué todavía las aerolíneas asignan asientos aleatoriamente? Luego me pregunté: ¿Qué pasaría si tuviéramos la posibilidad de elegir a nuestros compañeros de asientos?, esta no es una idea nueva, pues ya se ha implementado en destinos como Europa, Asia y Estados Unidos.
Sin embargo, imagino esto, que al momento del check-in tengamos la opción de completar una ficha con nuestros gustos. Por ejemplo: si te gusta tecnología, o te dedicas a la agricultura, o te fascina la astrología. Y que también uno pueda agregar los idiomas que habla, o si estás dispuesto o no a hablar con extraños. Y que toda esta información te ayude a realizar un “match” y nos de opciones para elegirnos mutuamente con el compañero o la compañera, que se sentará al lado nuestro por horas durante un vuelo.
Frecuentemente en Almundo realizamos estudios de la preferencia de los viajeros y cada vez más gente se está animando a viajar sola por el mundo, a interactuar sin restricciones, a compartir y a aprender sobre culturas distintas. Al viajar buscamos algo nuevo, una experiencia intrigante e impredecible, encontrarnos con otros. Claro que eso conlleva un saludable riesgo; pero si pudiéramos asegurarnos de antemano que será posible entablar un diálogo con quien nos tocará en suerte a nuestro lado, esos aprendizajes, esos cuentos fantásticos narrados por extraños, de los que quizá con el correr de los años no conservemos ni el nombre de pila, pero sí sus historias.
Voto por un nuevo sistema de vuelos, que nos ofrezca la posibilidad de elegir nuestro compañero de viaje antes de vernos las caras. Tanto Malaysia Airlines como KLM impulsaron iniciativas similares bajo el concepto de “Meet & Seat” y social seating para vuelos en Europa, Asia y Estados Unidos. El foco de estas iniciativas está en compartir redes sociales con tus compañeros de vuelo al hacer web check-in. Y luego elegir el asiento.
Las redes sociales habilitaron una forma de conocimiento público inédita. Si al principio se habló de “la sociedad de la vigilancia”, el reverso encantador de la digitalización del mundo es la multiplicación de posibilidades para encontrar personas de nuestro interés. Incluso a miles y miles de kilómetros de distancia.
¿Se imaginan esta misma concepción, pero aplicada a vuelos en América Latina?
Tener la posibilidad de encontrarse con personas que quizá jamás conoceríamos, y que compartan nuestros mismos gustos. De esta forma nuestra experiencia de viaje iniciaría desde que nos embarcamos al avión y no desde que llegamos al destino. Si tuviéramos más aerolíneas con este sistema de “Macht Aéreo” existirían más charlas interesantes en los vuelos, menos pasajero dormidos o compañeros ocasionales tomando nuestros refrigerios sin autorización.
