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De acuerdo con el Dane, en 2021 683.000 colombianas no pudieron acceder a elementos higiénicos y una de las causas fue el dinero
La salud menstrual es un aspecto en la vida de las mujeres que no solo tiene efectos físicos y emocionales, sino también económicos. Una mujer puede llegar a menstruar hasta 37 años, lo que significa que cada mes tendrá que gastar dinero en productos.
De acuerdo con estadísticas del Dane, en 2021 683.000 colombianas no pudieron acceder a elementos higiénicos, y uno de los factores que influyó fue la capacidad económica.
Hasta este año, según la sentencia C-102 de 2021, se decidió que la imposición del IVA sobre productos similares, entre otros, las copas menstruales (toallas sanitarias y tampones, exentos del impuesto) tenían un impacto desproporcionado para las mujeres, por lo cual se retiró.
Ahora, la diferencia en el gasto depende del tipo de producto que se use, pues en el mercado existen diferentes opciones. Se pueden encontrar toallas higiénicas o tampones que son los tradicionales, pero también la copa menstrual o calzones.
Una persona que menstrua y usa toallas higiénicas aproximadamente puede necesitar cinco de estas en 24 horas, sumado a la duración del periodo, que en promedio está en cinco días. Si tiene 12 periodos menstruales al año requiere de 300 toallas.
Aunque el valor unitario puede variar dependiendo de la marca y el lugar en que se compre, tomando un promedio de $700, cada mujer o persona menstruante debe pagar anualmente $210.000, lo que en 37 años serían $7,77 millones a precios de 2022.
Juliana Villegas, fundadora de Somos Martina, marca colombiana de calzones absorbentes, explica que un calzón cuesta $70.000 y el pack de tres $195.000, que pueden durar hasta tres años.
Esta, así como las copas menstruales, son una alternativa a las toallas, que, además de ahorrar dinero, también ayudan a reducir los residuos ambientales.
De acuerdo con Villegas, por cada 4.000 usuarias de sus calzones se disminuyen 27.000 kilos de basura de productos desechables para la menstruación. A su vez, una copa menstrual puede costar $75.000, pero dura diez años.
El problema es que hacer el cambio de toallas a calzones o copa menstrual es más difícil para las personas que viven en condiciones de vulnerabilidad y no tienen la posibilidad de desembolsar esos montos en una sola compra.
Así, estas alternativas se convierten en una gran opción para economizar dinero, pero no son viables para todas las mujeres del país, teniendo en cuenta que en 2021 hubo 19,6 millones de personas viviendo en condiciones de pobreza y 6,1 millones en pobreza extrema.
De hecho, en el caso de la desagregación por sexo, 40,3% de las mujeres vivieron con menos de $354.031 en promedio mensualmente, que es la línea de pobreza. En el caso de los hombres, la incidencia fue de de 38,2%. Es decir, hay una brecha de 2% en la permeación.
Del total de encuestados, 67% aseguraron haber realizado pagos regulares por un suscripción o servicio de deporte o fitness en los últimos dos años
Si se cuenta con un buen presupuesto, hay figuras que cuestan $11 o $12 millones, y los más económicos del mercado llegan a $30.000 o $24.000