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El estudio mostró como 42% de los consumidores se sentirá cómodo con un asistente de voz que le dé información personalizada sobre productos.
Lo que compran las personas y cómo lo hacen ha cambiado a lo largo de los años y más aún luego de la pandemia, donde muchos optaron por compras vía internet o por decisiones más sostenibles para el medio ambiente.
Un nuevo estudio de Euromonitor reveló cuáles serán las tendencias de consumo para 2024.
La Inteligencia Artificial tuvo un boom este 2023 que para el próximo año se trasladará al consumo, pues esta podrá ser utilizada para generar una personalización de las sugerencias a los clientes, el estudio mostró como 42% de los consumidores se sentirá cómodo con un asistente de voz con IA que le dé información personalizada sobre productos.
Esto lo percibieron las empresas y 53% de profesionales invertirá en IA en los siguientes cinco años. "Las empresas deben aprovechar la IA generativa para mejorar la personalización y enriquecer la experiencia del cliente", dijo Euromonitor.
Los clientes buscarán experiencias que los hagan salir de su cotidianidad, algo que les "permita dejar atrás sus preocupaciones, aunque solo sea por unos minutos". El estudio mostró como 55% de consumidores compraron en tiendas con experiencias atractivas y 29% se sentiría cómodo si las marcas rastrean sentimientos y personalizan las experiencias de acuerdo a sus sentimientos.
El cuidado del planeta se vuelve una tendencia de consumo, los compradores buscan ser cada vez más responsables con aquello que compran y el impacto que tendría esto en su cotidianidad, 64% de los consumidores intentó en 2023 tener un impacto positivo en el medio ambiente. Así mismo, 45% de las empresas quiere invertir en los próximos cinco años en certificaciones para evitar el greenwashing.
Este año estuvo marcado por fuertes coyunturas económicas, lo que generó que casi tres de cada cuatro consumidores mostraran preocupación ante el aumento del costo de los productos cotidianos. Euromonitor etiqueta a estos consumidores como los "hackers de valor", personas que buscan minimizar el gasto sin necesidad de comprometer la calidad.