Nivel de embalses de Bogotá, corte 31 de marzo de 2025
AMBIENTE

A casi un año del racionamiento, hay inundaciones y niveles de embalses siguen bajos

lunes, 31 de marzo de 2025

Nivel de embalses de Bogotá, corte 31 de marzo de 2025

Foto: Gráfico LR
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El 11 de abril se cumple un año de las medidas de racionamiento, mientras hay inundaciones el nivel de Chingaza está e 39%

Faltan 12 días para que se cumpla un año de la implementación de las medidas de racionamiento en Bogotá a causa de los bajos niveles de los embalses. Casi 12 meses después, la ciudad y el departamento han sido víctimas de las inundaciones pero no parece contribuir al llenado de las represas que surten la capital.

Justamente el fin de semana, el gobernador de Cundinamarca, Jorge Emilio Rey, reportó inundaciones y afectaciones en varios sectores del departamento, mientras que los niveles del Sistema Chingaza se encuentran por encima de 39%.

En medio de esta situación, la gerente del Acueducto, Natasha Avendaño, aclaró que una de las principales razones por las que los embalses no se llenan aunque haya inundaciones es porque no está lloviendo en las cabeceras de los embalses.

"La temporada de lluvias en Chingaza empieza en abril, llega a su punto máximo en julio y su intensidad comienza a descender en noviembre para dar paso al tiempo seco en diciembre, fenómeno climático que culmina en marzo", explicó Avendaño en su más reciente columna para LR.

Nivel de embalses de Bogotá, corte 31 de marzo de 2025
Gráfico LR

De acuerdo con el último reporte de la CAR Cundinamarca, en el desagregado del Sistema, San Rafael presentó un aumento en su nivel y se ubicó en 62,32%, mientras que Chuza se mantiene en niveles descendientes y este lunes se ubicó en 32,32%.

Comentó que el régimen de lluvias de la Sabana de Bogotá tiene dos picos lluviosos: enero empieza seco, luego las precipitaciones llegan con fuerza en abril y disminuyen entre julio, agosto y septiembre, meses que pueden considerarse secos, dando transición a noviembre cuando llega el segundo pico de lluvias del año y a diciembre, como mes de transición, porque inicia lluvioso y termina con el firmamento azul que tanto disfrutamos las y los capitalinos.

"El Fenómeno de El Niño es una amenaza para los embalses de abastecimiento y de generación eléctrica, pues las deficiencias de lluvias hacen que se vea comprometida su operación. Una forma de mitigar esta amenaza es que los embalses sean de regulación multianual, como Tominé, que por su gran tamaño es capaz de soportar prolongadas temporadas de sequía sin verse afectado", agregó Avendaño.

Aunque en la capital comienza la temporada en abril, desde marzo otras partes del país sufren los estragos de las fuertes lluvias. Esperan que la temporada de tempestades se prolongue hasta junio.

"El Fenómeno de La Niña, por su parte, es una amenaza para las zonas urbanas y los asentamientos poblacionales ya que aumenta la posibilidad de inundaciones, que logran minimizarse, en buena parte, gracias a los embalses y su gran capacidad de almacenar las crecientes de los ríos, evitando así que generen desastres en asentamientos urbanos", expuso Avendaño, quien aseguró que el Acueducto ya tiene identificados los puntos donde hay drenajes o sobre almacenamiento, lo que complica la situación.

Desde el ministerio de Ambiente pidió estar atentos a las alertas que emitan las entidades competentes sobre el clima y el ambiente para poder evitar mayores desastres.