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Enfrentó la toma del Palacio de Justicia y la avalancha de Armero.
Al 52º presidente de Colombia, Belisario Betancur Cuartas, se le recordará como el hombre que tuvo que sortear dos de los episodios más dramáticos de la historia reciente: la toma del Palacio de Justicia ese fatídico 6 de noviembre de 1985 y, solo unos días después, la avalancha de Armero que dejó un saldo de 26.000 muertos y más de 20.000 damnificados.
Betancur, quien falleció ayer a sus 95 años en la Fundación Santa Fe, afectado por problemas renales, llegó al poder en 1982 con firmes intenciones de paz, pero en plena consolidación de la violencia generada por el narcotráfico, el exmandatario conservador debió afrontar varios de los capítulos más cruciales de la historia.
Desde el inicio de su gobierno, Betancur fue también el primero que abrió el camino a la realización de diálogos con las guerrillas de la época en busca de una salida negociada. Esta sería la antesala del intento de su sucesor Virgilio Barco Vargas y del acuerdo de paz logrado entre el expresidente Juan Manuel Santos y las Farc hace dos años.
“Lamento profundamente la muerte de un gran amigo, un gran colombiano, el ex presidente Belisario Betancur. Su legado en la política, en nuestra historia, en la cultura es ejemplo para todas las generaciones futuras. Nuestras condolencias a sus familiares y amigos”, expresó el presidente Iván Duque a través de su cuenta de Twitter.
“Era hombre de diálogo que siempre trataba de entender las circunstancias por las que pasaba el país. Nos ayudó mucho a adelantar la política económica que el país requería”.
Igualmente, unos minutos después de conocer la noticia, uno de los trinos de Santos decía: “Todo honor y toda gloria al Presidente Belisario Betancur. Gran patriota, gran amigo y gran ejemplo de entereza, honestidad y humildad. Nuestras sinceras condolencias a su familia. Colombia agradecida lo recordará por siempre”.
El exmandatario antioqueño era de origen humilde. En 1923, nació en la pequeña vereda El Morro de Paila, en Amagá, en Antioquia. Sin embargo, años más tarde se trasladó a Medellín para poder “sobrevivir”. Gracias a sus diferentes trabajos pudo conseguir finalmente una beca para cursar Derecho en la Universidad Pontificia Bolivariana. Más adelante, también obtuvo el grado de Doctor Honoris Causa en Humanidades de las Universidades de Colorado y Georgetown (EE.UU.).
Con apenas 28 años, Belisario fue elegido como representante a la Cámara por Antioquia. Igualmente, entre 1953 y 1957 fue miembro de la Asamblea Nacional Constituyente donde se convirtió en uno de los hombres más críticos del general Gustavo Rojas Pinilla.
Durante el Frente Nacional, en el gobierno de Guillermo León Valencia, fue nombrado como ministro de Trabajo y Seguridad Social (1963). Entre 1970 y 1978 fue senador por Antioquia y entre 1975 y 1977 también fue Embajador de Colombia en España.
En 1978, fue postulado como candidato presidencial contra el liberal Julio César Turbay, quien le derrotó. Sin embargo, en las elecciones de 1982 venció al expresidente Alfonso López Michelsen.
En materia económica, Belisario también será conocido como el creador del Impuesto al Valor Agregado (IVA). Y es que fue a través del Decreto Ley 3541 de 1983 que se extendió al comercio minorista, ya como impuesto al valor agregado con tarifa de 10% y otras diferenciales de 20% y 35%.
Paralelamente a su carrera política, el exmandatario también ha ejercido el periodismo y la docencia. Además de político, se le reconoce su faceta de escritor, de poeta y no hay que olvidar su título de abogado. Asimismo, se interesó por los temas culturales, sobre todo, en la última parte de su vida en la que estuvo más retirado de la vida pública y vivía en Barichara (Santander) con su segunda esposa.
“No me retiré de la política, sino que se me retiró la política”, dijo hace algún tiempo en una de sus entrevistas el exmandatario.
En este sentido, fue miembro de la Academia Colombiana de la Lengua, del Instituto Caro y Cuervo, de la Academia Colombiana de Jurisprudencia y la Academia Colombiana de Historia. Además, recibió a lo largo de su vida diversos premios como el Príncipe de Asturias en 1983 por su compromiso en la cooperación iberoamericana. En 2007 también se le otorgó el XXI Premio Internacional Menéndez Pelayo por su labor como valedor de nobles causas y n febrero de 2011 fue nombrado miembro correspondiente de la Academia Mexicana de la Lengua.
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