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Oliver Pardo. Foto: Juan P Vargas C / LR
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El director del Observatorio Fiscal de la U. Javeriana afirmó que pese a reparos con el texto, lo ven como el primer paso para llegar un sistema tributario más justo y equitativo
Hace cerca de tres meses Oliver Pardo, economista de la Universidad Nacional, magister y doctor en la misma materia de London School of Economics, asumió como director del Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana.
Reemplazó a Luis Carlos Reyes, que llegó a la dirección de la Dian. Pardo ha dicho que con ese precedente quiere resaltar por ser una institución independiente. Por eso se ha dedicado al estudio y análisis de la tributaria.
¿Cree que la tributaria logra avanzar en los tres pilares constitucionales?
Es un paso adelante en términos de progresividad en el sentido de que busca que la gente que tiene más, contribuya más. También avanza en la equidad en el sentido de que elimina muchos beneficios y privilegios tributarios para ciertas actividades económicas, lo cual nos parece algo muy positivo también.
Sin embargo, no avanza mucho en la eficiencia, pues no hace lo suficiente para reducir las tarifas marginales ni a las personas naturales, ni a las jurídicas.
¿Qué le agregarían?
En términos técnicos, desde el Observatorio venimos insistiendo en que es indispensable que se amplíe la base de declarantes. En la actualidad, solamente 12,5% de la población económicamente activa declara renta y solamente entre 5% y 6,5% paga algo de impuesto de renta como persona natural.
Y en términos más prácticos, creemos que le hace falta mucha pedagogía. Se ha venido tratando de explicar en varios foros y en varios escenarios, pero no hubo tiempo de socializar la reforma porque la estuvieron construyendo casi que hasta última hora.
Hasta hace poco el MinHacienda se mantenía en que el recaudó no bajaría más, ¿es así?
Hay mensajes contradictorios desde el Gobierno pues aunque por un lado se dice que la meta sigue estando por encima de $20 billones, por el otro vemos que los ponentes han venido cediendo en varios puntos de la reforma. Y los gremios, en vez de consolidar una sola posición para reducir la tarifa general del impuesto a la renta para las personas jurídicas, que es muy alta, se dedican cada uno a velar por sus intereses.
¿Cuáles son esos cambios que más lamentan?
El de las pensiones sin duda fue un golpe duro a la reforma. Este, que solo se cobraba a las superiores de $10 millones buscaba gravar a esas pensiones, la cuales casi todas son subsidiadas por el Estado.
“No hay duda alguna que Colombia, frente a sus pares de la Ocde, es uno de los que menos tributos recibe de naturales. La reforma debió avanzar más en eso”.
Y ahí valía la pena preguntarse; ¿queremos que las personas de más ingresos tengan una pensión subsidiada?. La única forma de remediar esos subsidios de las ya liquidadas, es por impuestos y es lamentable que un sistema como el colombiano, que es muy regresivo en términos de pensiones -principalmente públicas-, estas sean intocables.
¿Qué tanto están de acuerdo con la reforma?
Si usted me pide un dato, y sin tener en cuenta todos los últimos cambios que le han hecho, diría que estamos totalmente de acuerdo en 80%. Es una aproximación y responde a cálculos que no he hecho, pero es la respuesta que daría ahora.
¿Quiénes son los más y menos beneficiados con la reforma?
Claramente los más perjudicados van a ser todas las empresas del sector de los hidrocarburos. Es claro que lo que corresponde al impuestos sobre los plásticos de un solo uso y las sobretrasas a esas empresas lo convierten en el sector más afectado de la reforma.
El menos afectado, curiosamente, son las personas que ganan algo menos o algo más de $10 millones, porque realmente es gente que la reforma no lo toca. Pero en cambio, personas que ganan mucho menos, pues dedica más parte de su ingreso a las bebidas azucaradas y alimentos ultra procesados. Ellos son los que van a sentir un golpe más duro.
¿Qué viene para el Observatorio después de la reforma?
Pues de si vamos a seguir insistiendo en la necesidad de que haya más transparencia en el uso de los recursos públicos, vamos a seguir refinando nuestros modelos para medir la incidencia de la tributación territorial a nivel de género.
También queremos hacer énfasis en un sitio en el que se pueda ver cómo se gasta toda la plata pública.
Y por otro lado, en el mediano plazo, otro sitio que nos deje ver cómo se hace la contratación pública de forma que algunos resultados (con algoritmo) puedan prender señales de alarma.
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