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La calificadora dijo que el margen de maniobra es “muy reducido” en caso de que el Gobierno tenga menores ingresos fiscales
Moody’s Investors Service monitorea de cerca cómo el empeoramiento de la situación fiscal de Colombia afectará su sostenibilidad a largo plazo después de que el Gobierno dijera que su déficit presupuestario y su deuda se ampliarán este año.
El margen de maniobra de Colombia es “muy reducido” en caso de que el Gobierno enfrente un impacto como menores ingresos fiscales o un mayor gasto inesperado, dijo Renzo Merino, analista de crédito soberano, en una entrevista el viernes.
“Si estuviéramos hablando de fútbol, es como si el Gobierno estuviera jugando muy al límite”, dijo Merino. “Si vemos que la política fiscal que va a adoptar en los próximos años tiene una tendencia de aumento, eso podría aumentar las presiones negativas sobre el perfil crediticio”.
El déficit fiscal de Colombia y la relación deuda/PIB se ampliarán al 5,3% y 57% del PIB, respectivamente, mostrando un fuerte deterioro en comparación con el año pasado, pero aún cumplirían los objetivos de la llamada regla fiscal, según el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla.
Moody’s califica a Colombia en Baa2, el segundo grado de inversión más bajo, con perspectiva estable, mientras que Fitch Ratings y S&P Global Ratings califican la deuda externa del país en grado especulativo.
El Gobierno estima que el crecimiento económico será inferior al 2% este año después de una recuperación extraordinaria tras la pandemia.
Merino dijo que la desaceleración económica era necesaria para ajustar los déficits fiscal y de cuenta corriente del Gobierno. Aun así, Colombia necesita recuperar su crecimiento de largo plazo superior al 3%, con la inversión privada como principal impulsor.
“Ha habido incertidumbre sobre las políticas de la Administración actual y lo que eso implique para el modelo económico”, afirmó el analista. “Todavía no estamos en un punto donde podemos decir que esta desaceleración es un tema estructural”.
La postura de Moody’s contrasta con la decisión de S&P Global el mes pasado de reducir la perspectiva del país a negativa debido a preocupaciones sobre el crecimiento económico.
Colombia tiene un sólido historial de políticas macroeconómicas predecibles con fortaleza económica resiliente y controles y equilibrios institucionales sólidos que respaldan una formulación de políticas macroeconómicas prudentes, pero la debilidad del Gobierno radica en su carga de intereses relativamente alta en comparación con pares con calificación Baa, dijo Moody’s en su opinión crediticia más reciente.
A los inversionistas les preocupaba que cuando el presidente Gustavo Petro ganara las elecciones de 2022, el país iba a transformar su modelo económico conservador, pero algunas decisiones institucionales se han mantenido alejadas de cambios radicales, dijo.
Las métricas del país no están muy lejos de las de Estados con calificaciones similares, con una deuda general promedio en relación con el PIB de alrededor del 55%. Moody’s estima que el déficit fiscal de México, que también tiene una calificación de Baa2, se ampliará igualmente hasta el 5,3% del PIB este año.
“Nuestra metodología nos dice que el perfil de crédito de Colombia está alineado con uno que podría tener una calificación de Baa1 a Baa3”, en el espectro del grado de inversión, afirmó.
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