Barranquilla, Medellín y Bogotá, las ciudades donde más suben precios de arriendos

En medio de la caída de las ventas de vivienda, el arriendo toma fuerza. De hecho, según la Encuesta de Calidad de Vida del Dane, en 2022 el arriendo se volvió la modalidad habitacional más utilizada en el país, con cuatro de cada 10 colombianos viviendo en alquiler.

Pero a ese mismo ritmo también suben los precios. Según el último informe del Libertador Rent Index, que hace la dirección de estudios económicos del Grupo Bolívar, los cánones mantienen una senda creciente desde inicios de 2022, con tasas que ya son de doble dígito.

Solamente en septiembre, el segmento residencial tuvo un alza anual de 10,2% en apartamentos y de 10,1% en casas, en promedio.

Al revisar el comportamiento en las diferentes ciudades, se evidencia que Barranquilla es en la que más crecen los precios de los arriendos de las casas, con una variación anual de 10,7%. Le siguen Medellín (10,6%), Bogotá (10,3%), Bucaramanga (9,7%), Cali (9,7%) y Cartagena (9,5%).

Como en las casas, en los apartamentos Barranquilla y Bogotá lideran los aumentos anuales, con una variación de 10,3% en cada una. En su orden, están Cali (10,2%), Medellín (10,2%), Bucaramanga (9,5%) y Cartagena (8,5%).

Los expertos explican que esta tendencia alcista era predecible dado el dato de inflación con el que cerró 2022, por encima de 13%, por lo que se anticipa que los precios sigan aumentando.

“Por la ley de arrendamiento de 2003, los propietarios están autorizados a incrementar el valor de los cánones hasta en 100% de la inflación del año anterior. Eso significa que los contratos de arrendamiento que se van renovando a lo largo de este año han podido subir hasta 13,12%, que fue la inflación de 2022”, explicó Andrés Langebaek, director de estudios económicos del Grupo Bolívar.

En esa misma línea, Juan Camilo Pardo, analista económico de Corficolombiana, señaló que el tema alrededor del precio de los arriendos tiene varios fundamentales. “En primer lugar, están indexados al comportamiento de la inflación del año anterior, en ese caso existe una tendencia a que a lo largo de todo el año se haga ese traspaso. Por eso se dice que hay cierto círculo vicioso detrás de la formulación de ese tipo de contratos”. Agregó que en la medida en que la inflación, a pesar de que ha venido desacelerándose en los últimos meses, se mantenga con tasas de variación anual elevadas por encima del promedio de las últimas dos décadas, se seguirá impactando el precio de los arriendos.

Otro componente clave, según Pardo, es el cambio en las preferencias de los consumidores e inversionistas. “Ha venido aumentando de forma importante la demanda por arriendos en la ciudad, precisamente por que los precios de vivienda están en unos niveles bastante elevados, por lo que tomar la decisión entre arriendo y compra se vuelve menos trivial”.

Con este panorama, y con las expectativas que tienen los analistas del cierre de la inflación de este año (entre 9% y 10%), se espera que continúe la misma senda alcista el próximo año. “Para 2024 será entonces relevante la inflación que se alcance este año, que estamos estimando en 9,7%”, dijo Langebaek.

Otro de los hallazgos del informe de Grupo Bolívar es que, al segmentar la muestra de inmuebles residenciales por quintiles según el valor del canon, se encuentra que entre más alto es el quintil, mayor es el crecimiento anual.

Entonces, se ve que en las casas el quintil cinco es el que evidencia una mayor variación en septiembre, con 11,7%, seguido de el tres (10,4%) y el cuatro (10,3%).

Caída en las ventas de vivienda

Según el presidente de Camacol, Guillermo Herrera, entre enero y septiembre de 2023 se han dejado de vender 92.000 viviendas, de las cuales 73.000 fueron VIS. Con cuentas a septiembre, la pérdida en inversión para el sector residencial ya supera $17 billones.

“Las iniciaciones ya reflejan los efectos de la dinámica comercial y caen 23%, nuevamente jalonadas por la VIS”, puntualizó el directivo gremial. Resaltó, además, que en lo corrido de 2023 los desistimientos han crecido 90% y 23.000 de los 30.000 hogares que han renunciado a comprar vivienda lo hicieron respecto a una de interés social.