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Sin embargo, los cafeteros ya comienzan a hacer las cuentas de 2017, en las que diferentes comités regionales, la Federación Nacional de Cafeteros (FNC), expertos y algunas asociaciones exportadores ven un panorama favorable por el déficit en volumen que tendría el mercado internacional de aproximadamente cuatro millones de sacos.
Por un lado, las expectativas son que el volumen de producción sea superior a 14 millones de sacos de 60 kilos, algunos son optimistas y esperan que esté cerca a 15 millones de sacos. En las exportaciones la idea es superar la barrera de 13 millones.
En los precios, los expertos esperan que la carga de 125 kilos no baje de $700.000 y el valor internacional se mantenga por encima de US$1,4 y esté en máximos de US$1,6 por libra.
Roberto Vélez, gerente general de la FNC, dijo que “uno puede afirmar que no hay razón para pensar en precios bajos en la Bolsa”. “El precio debería mantener el rango por encima de US$1,54”, sostuvo Vélez, quien agregó que en la oferta y demanda “después de la visita que se hizo a Brasil, podemos decir que el mercado (internacional) seguramente tendrá un déficit de cuatro millones de sacos”. Espacio que podría aprovechar Colombia con la producción de café arábico.
Carlos Ignacio Rojas, presidente de la Asociación de Exportadores de Café de Colombia (Asoexport), comentó que “con el déficit internacional en la producción de café, habría un mantenimiento de los precios similares a los actuales lo cual es bueno, pero depende de que no exista ningún efecto climático en 2017 y de que se sigan renovando los cafetales”.
Por su parte, María Claudia Lacouture, ministra de Comercio, Industria y Turismo, mencionó que “el camino es dar un valor agregado a la producción y a los productos, para acceder a los mercados internacionales”.
Con los valores que se esperan para el próximo año, si se dan las cosas en la producción y en precios, el costo de la cosecha superaría $7 billones, según los expertos.
Otra de las apuestas es aumentar la producción por medio de un aumento en el rendimiento y no cultivando más hectáreas.
Alejandro Corrales, representante del Comité Cafetero de Risaralda ante la FNC, dijo que “Colombia tiene que participar en esa posible falta de café en el mundo, pero debe ser vía aumento de productividad, porque lo que no podemos es aumentar nuevas áreas, sabiendo que el problema estructural que hay es en mano de obra”.
En Colombia, los más recientes datos reportados por la FNC indicaron que pese a la baja expectativa que había al comienzo de año, la productividad media en 2016 llegó a 10,7 cargas por hectárea (17,8 sacos) lo que representa 29% más del promedio de la última década, que indicaba 8,3 cargas por hectárea.
Juan Camilo Restrepo, exministro de Agricultura, concluyó que el café está teniendo buenos resultados en precio, volumen y exportaciones, pero no tanto para decir que es una bonanza. “Es un buen momento, pero hay que prepararse para los momentos que llegan porque en café todo lo que sube baja, hay mucha volatilidad. Además creo que Colombia tiene que aumentar el consumo interno, el cual es bajo”, puntualizó Restrepo.
La opinión
Roberto Vélez
Gerente general de la FNC
“No hay razón para pensar en precios bajos en la Bolsa. Debería mantenerse un rango por encima de US$1,4 por cada libra de café”.
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