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Por si fuera poco, tan solo cinco departamentos del país concentran 41,8% de las UPA con tenencia de maquinaria, siendo Antioquia el primero con 10,9%, seguido por Tolima y Santander con 8%, Cundinamarca con 7,6% y el Huila con 7,5%.
Dada esta situación algunos de los gremios del agro ya están viendo afectada su productividad debido a la obsolescencia de la maquinaria existente y ven una necesidad de adquirir más máquinas para mejorar los procesos.
Rafael Hernández, presidente de Fedearroz, manifestó recientemente que 48,2% de los tractores que poseen los productores llevan más de 15 años en servicio, razón por la que ya son maquinaria totalmente obsoleta. Para el líder gremial, esto representa ineficiencia técnica y sobre costos, ya que los nuevos modelos de maquinaria ofrecen mayor economía en combustible y mejor adaptación a labores y terreno.
Para Henry Vanegas, gerente de Fenalce, uno de los gremios del país que más utiliza este tipo de maquinaria pesada, “el país es obsoleto por los años de uso de la maquinaria, aunque hoy hay más tecnología para ser eficientes”. Además aseguró que en el caso del maíz “con buenas cosechadoras se puede incrementar la producción en una tonelada por hectárea”. Un alza que llevaría a producir 6,5 toneladas por hectárea, en un país que tiene 486.000 sembradas.
Pero esto no es lo único que demuestra que hay una crisis en el uso de maquinaria agrícola. Para Vanegas, esto también se refleja en el número de tractores importados durante los últimos años. Según datos del Ministerio de Comercio, en 2015 se trajeron 1.730 tractores y hasta agosto de 2016 el consolidado solo alcanzó 844.
Hay que tener en cuenta que una cosechadora combinada puede costar hasta US$400.000, un valor que hace más difícil el acceso, por eso Vanegas explicó que el problema esta en que “no hay suficientes recursos para el Incentivo a la Capitalización Rural y no se fomenta la conformación de empresas prestadoras del servicio de mecanización.”
En el caso del arroz, el parque de maquinaria también es insuficiente, ya que según Hernández, “mientras que en el centro del país, una cosechadora atiende un área de 120 hectáreas, en regiones como los Llanos Orientales se utiliza para 376 hectáreas”, una situación que demora las fechas de corta.
En el sector agrícola la participación de maquinaria es principalmente en la etapa de manejo del cultivo con 68,6% de participación dentro de todo el proceso productivo. Le sigue la cosecha con 19,3%, la preparación y siembra con 11,3% y la pos cosecha con 0,7%.
Pero, para Francisco José Lourido, presidente de la SAG del Valle del Cauca, en los cultivos de caña y en la mayoría del país “casi toda la maquinaría es contratada a un servicio que la ofrece, por eso no se da obsolescencia, ya que los empresarios están renovando maquinaria en la medida que va saliendo”.
Otra cifra que llama la atención es que 49,7% de las UPA de 1.000 hectáreas y más tienen maquinaria para el desarrollo de sus actividades, en contraste con los productos de las UPA de menos de cinco hectáreas donde la participación es de tan solo 11,6%. Además ocho de cada 10 máquinas que se usan son livianas como fumigadoras, guadañas a motor, motobombas, entre otras.
El Ministerio de Agricultura no desconoce esas cifras y es por eso que presentó ante el Congreso un proyecto de ley para crear el Sistema de Innovación Tecnológica Agropecuaria, con el que se ampliaría el acceso de los productores a asistencia técnica y lanzó de la mano de Corpoica, un Plan Estratégico para impulsar la innovación.
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